Los japoneses utilizan la expresión yotsuba no kurōbā para referirse a los tréboles de cuatro hojas. De ahí nació Yotsuba, una niña con el pelo verde y cuatro coletas que disfruta de todo lo que le rodea. Ir de compras con su
¿Qué tienen en común un ninja barbudo, un científico borracho y un velocirraptor filósofo? Aparentemente nada, pero todos se citan en Scribblenauts, el popular juego de 5th Cell para Nintendo DS, que ya ha cosechado más de 50 premios y sobrepasado los
BA-LON-CES-TO. Hace casi cinco años desde que Pepu Hernández, el entrañable y querido Pepu Hernández, lanzara esta palabra a los cuatro vientos tras ganar el Campeonato Mundial de Baloncesto en Japón como seleccionador nacional. Dos años después, justo antes de los Juegos
«¿Qué sabéis vos del miedo? El miedo es para el invierno, cuando caen treinta pies de nieve. El miedo es para la Larga Noche, cuando los Caminantes Blancos recorren los bosques, cuando el sol se oculta durante años y los niños nacen,
Se esconden en nuestras estanterías, aguardando el momento en el que pasarás tus dedos por encima de su lomo, acariciándolo mientras ellos ronronean. Son esos libros modestos, pequeñas maravillas que suelen pasar desapercibidas, la mayoría fruto de regalos más o menos infructuosos.
Como todos los chavales de mi cole, aprendí a escribir con las plantillas que la profesora copiaba en nuestros cuadernos. Horas y horas me dejó castigada la buena señora porque me entró el capricho de hacer una “d” en forma de bucle.
Magia. Ese es el elemento principal que logra que una película nos enamore, que nos hechice y se transforme en algo más que una simple sucesión de imágenes que nos entretiene. Esa magia es la sustancia de la que están hechos los
«Rapunzel, Rapunzel, ¡deja caer tu cabello!». Han pasado 200 años desde que los hermanos Grimm, escribieran esta famosa frase en Cuentos para la infancia y el hogar, una recopilación de cuentos de hadas en el que estaba incluido Rapunzel. Ahora se ha
Estás perdido en un barrio desconocido y no encuentras ninguna referencia con la que orientarte. De repente, bajo una arcada oscura y húmeda, aparece un caballero con las narices metidas en un periódico. Le pides indicaciones amablemente. Él te mira ceñudo y
«Por increíbles caminos e innumerables fatigas, me he abierto camino hacia el castillo más allá de la Ciudad de los Goblins para recuperar al niño que me has robado. Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya y mi reino