Cierra los ojos un minuto, respira hondo e intenta pensar en tu pasado, en todos esos momentos que te vienen a la mente cuando las cosas no van bien. Ahora vuélvelos a abrir y di: si pudieras dar marcha atrás, ¿cambiarías
En el viaje rutinario del día a día, a medio camino entre un tedioso trabajo y la obligación rutinaria encontramos un resquicio de relativa calma. Vecina al andén de la estación madrileña de Retiro, una sala de exposiciones casi siempre medio vacía
Faltan pocos minutos y la impaciencia se palpa entre los asistentes. Focos encendidos: tres, dos uno… comienza el espectáculo. Colores degradé, maquillaje oriental, plumas, bordados, purpurina, brillantes y brocados envuelven a un grupo de diosas recién venidas del Olimpo que, sostenidas por
Internet como la oportunidad de conocerse, de sacar un proyecto adelante, de materializar un sueño. Seis años hace desde que Miss Caffeina confiara en la Red como el principal conductor de su música, canciones que llegaron a un público al principio pequeño
Musulmanes defendiendo la libertad de las mujeres, cristianos conviviendo en una armonía y participando de algunos ritos árabes dando lugar a escenas conciliadoras que parecen ser de ciencia ficción. Pero no, la historia que nos cuenta Xavier Beauvois es real. Tan
El tiempo se acaba. Tan sólo queda un mes para disfrutar y recrearse con una exposición única que el 13 de febrero cerrará sus puertas a un público que hasta ahora la ha acogido con una gran aceptación. No es para
Las primeras frases de 'Over the rainbow' suenan en una habitación atestada de Barbies, muñecas vestidas de rosa, cocinitas para prepararles el desayuno y artilugios varios propios de una cursi niña de nueve años. Obnubilada por la angelical cara y voz
La ciudad de Baeza, en Jaén, no tiene mar. Sin embargo, algo del sonido que producen las olas al morir en la orilla quedó atrapado en la melodía de unas canciones. El culpable se encontraba lejos de la playa. Un casiotone con
Se encienden las luces. Con ellas se descubren los rostros, unos asustados y desconcertados, otros abrumados y entusiasmados... y alguno que otro somnoliento. Los últimos créditos desaparecen de la pantalla y las primeras reacciones de los presentes en la sala no tardan
Salvar el mundo es posible. Pero no sólo eso, además, es fácil y factible, podemos conseguirlo. Tan sólo basta con continuar la pauta que nos muestra Rosa Montero que, como en otras tantas ocasiones, nos lleva de la mano al enseñarnos el camino