Látigos Calientes, porque el rock casi nunca es correcto

Un trabajo de clase sobre la sala de conciertos Siroco es la excusa perfecta para citarnos con ellos en un pequeño bar del corazón de Malasaña. Ernesto y Miguel, Látigos Calientes, esperan tomando un par de cervezas, llegamos tarde, para variar, y

Equilibrio azul

No acudí a la abarrotadísima sala Siroco esperando ver y oír nada especialmente interesante, simplemente un grupo resultón, de la nueva hornada de pop sofisticado refrito de Coldplay (nada especiales para mí) que tan buena respuesta genera mundialmente. Pues bien, lo que