No acudí a la abarrotadísima sala Siroco esperando ver y oír nada especialmente interesante, simplemente un grupo resultón, de la nueva hornada de pop sofisticado refrito de Coldplay (nada especiales para mí) que tan buena respuesta genera mundialmente. Pues bien, lo que tuvo lugar no fue una copia en castellano del grupo de Chris Martin.
Cyan son de Barcelona, han editado dos discos, Cyan (2008) e Historias para no romperse (2011) y hace unos meses un Ep titulado Que viva ese ruido. En estudio son un grupo con un sonido muy cuidado aunque no sorprendente, con una composición interesante que gusta escuchar pero sin que las canciones te atrapen. Mi escepticismo desapareció el pasado viernes: todas estas impresiones cambiaron para bien.
Usaré la palabra “equilibrio” para definir a Cyan en directo. Cada uno de sus cinco componentes se amolda y se contiene por el bien del sonido de la banda. Destaca su cantante y teclista Javier Fernández (al que entrevistamos hace unos días), con una voz superdotada que sabe usar a la perfección sin que dé la impresión de ser un solista acompañado, es decir, transmiten la sensación de ser un grupo real.
Las canciones adquirieron un matiz mucho más enérgico y ambiental sin que desaparezca la sutileza. Destacaron los temas ‘Turistas heridos’, ‘En mi nave’, ‘Las cenizas del verano’ y una original versión de ‘Salitre’ de Quique González. El sonido de Siroco también ayudó mucho; pese a ser una sala no apta para claustrofóbicos la ecualización fue sobresaliente.
Tras este concierto no dudo de que Cyan llenarán muy pronto salas mucho más grandes y tendrán mucha más repercusión. Últimamente han abierto para Amaral, y en diciembre van a participar en el Fnac Music Festival de Barcelona. Su próximo disco será decisivo de cara a su probable consagración; esperemos que la fama no los estropee.
