Era una tarde primaveral, y faltaba todavía una hora para la boda cuando los invitados ya empezaban a llegar. Querían ver bien a la novia y, venidos de Londres, de Roma y de París, de Japón y del mismo Madrid, se apresuraban
- BRAAAAAVO!!!!!!!!!! - Dale Martín! - Clap, clap, clap, clap!! - Vamos Martínn!! Que bueno poder verte desde Argentina de esta hermosa manera! –jalean los fans de Martin Buscaglia detrás de la pantalla de su ordenador.