ENTREVISTA CON MARTÍN BUSCAGLIA: «LO QUE YO LES PIDO A LOS ARTISTAS ES QUE HAGAN LO QUE ELLOS QUIERAN, NO LO QUE YO QUIERO QUE HAGAN»

– BRAAAAAVO!!!!!!!!!!

– Dale Martín!

– Clap, clap, clap, clap!!

– Vamos Martínn!! Que bueno poder verte desde Argentina de esta hermosa manera! –jalean los fans de Martin Buscaglia detrás de la pantalla de su ordenador.

 

Son más de 700 y lo están viendo desde el continente americano hasta la República Checa y las islas griegas. El mini-concierto, organizado desde la plataforma 365ddf, es en directo y la entrada les ha costado cero euros. “Lo que voy a hacer ahora es un concierto que, por un lado, se va a poder ver en todo el mundo –nos comenta el cantautor uruguayo antes de empezar –, y, por otra parte, las canciones que voy a tocar son las que me vaya pidiendo el público a través del Facebook.”

 

–      Queremos escuchar No vamos a parar nunca’ desde México!!!! para Sole y Vir!!! vamooo Martiiinnn!! Ídolooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!! Te amamosss!!!!!!!!!!!!!!!!!

–      ‘Cortémonos la cara’!!!!!

–      Yo quiero escuchar ‘Llevenlé’!!

Nunca antes sus seguidores le habían podido ver rasgar el ukulele de forma tan intimista y personal, desde la primerísima fila de su sofá, recostados en su cama o dando botes en su sala de estar. El artista está muy interesado en las redes sociales y las nuevas tecnologías (de hecho, durante mucho tiempo tuvo un blog…); pero no las utiliza para rastrear a viejos amigos de la infancia, sino como herramienta de trabajo. “¡De trabajo no! –me corrige precipitado –¡De arte! Y el arte no es trabajo.” (… Por eso, en uno de sus arrebatos poéticos, un buen día empezó a borrar todo lo que había escrito en aquel blog, hasta que desapareció.)

Martín Buscaglia en un conciertoPero por mucho que le atraiga todo lo cibernético, Martín Buscaglia tiene claro que los aplausos virtuales jamás podrán substituir a los gritos y los saltos de sus incondicionales en la pista de un escenario. “No lo quiero plantear como un concierto más, porque el vivo es una experiencia irreproducible e inenarrable, que no se puede explicar –aclara el cantante –. Este concierto está pensado sólo para el ordenador, y nunca será igual que ir a verme tocar a una sala.”Portada del disco 'Temporada de conejos', de Martín Buscaglia

Aquí, en un ático de la calle Luna, donde tiene su sede la discográfica Lovemonk, sólo cuenta con su talento, una web cam y la energía que le aporta el mate de cuya bombilla irá sorbiendo entre petición y petición de sus fans.

–      Faaaa, yo quiero escuchar Altas horas’! Por favor!

–      Tocate Ir y volver’!!

–      Toca, Fico fue a la montaña’! o ‘La vanidad es una mala dieta’! Soso un grande Martín! Abrazo desde La Plata.

Canciones, algunas de ellas, de su primer álbum (Llevenlé, 1996), que quizá no cantaba desde que tenía poco más de 20 años; y otras, como la solicitada ‘Pensamiento de caracol’, de Gustavo Pena “El Príncipe”, que ni siquiera él escribió. Pero Martín Buscaglia, miembro fundador de Payadores Anónimos, está acostumbrado a experimentar. “La payada es como se denomina en el Río de la Plata a cierta manera de improvisar, con unas pautas métricas muy definidas –nos ilustra el cantante –. Es una cosa folclórica, súper antigua.” Normalmente, quienes la practican son gente del campo, y Martín es de los pocos en el Cono Sur que la reactualiza. “Los gauchos lo hacen maravillosamente bien, pero de una manera muy clásica y con una temática muy patriótica. Lo mío es algo más psicodélico…”

–      ¿Podrías…? ¿Serías capaz de… aquí… ahora…?

–      ¡Claro! –responde.

Y Buscaglia comienza a improvisar:

Aquí estoy, en esta mesa

haciendo esta entrevista…

eehhh… La respuesta no, no está lista.

La respuesta ahora es esta.

Yo lanzo con mi ballesta

lo que brota de mi mente

y llega hasta aquí enfrente,

donde estás… eeehh… donde estás sentada tú.

Eehhhh… Y bueno, se apagó la luz

y… jejejjeje y… fluye el afluente.

Martín Buscaglia con orejas de conejoDe esta forma, la letra de canciones como ‘Oda a mi bicicleta’, cuya melodía compuso a cappella, yendo al ritmo de un pedaleo, le deben salir como churros… “Bueno… sí, pero tampoco me interesa utilizar lo primero que me nace… –o sea, que muy probablemente no escucharemos sonar nuestra payada en La Hora del Té, su programa de radio – Creo que está bueno forzarte para llegar a lugares nuevos incluso para ti mismo.”

Y a un lugar nuevo es al que ha llegado con la publicación de su último trabajo, Temporada de conejos, un disco que el autor quiso hacer “especialmente exagerado”. No quería un álbum hittero, por eso decidió abrir con dos canciones sin estribillo (‘Jaula de motos’y ‘No vamos a parar nunca’) y reservar los temas más cantables para el final. El objetivo: “limpiar el terreno” para que sólo le siguieran aquellos que quisieran acompañarle a “un lugar más adentro”. “Lo que yo les pido a los artistas que más me gustan –Caetano Veloso, por ejemplo – es que hagan lo que ellos quieren, no lo que yo quiero que hagan.”

Lo que Martín Buscaglia quería hacer ahora es un disco fuerte y contundente, donde funk, blues y ritmos tropicales se mezclan, en una especie de delirio musical, con liras a lo San Juan de la Cruz, un dueto con Kiko Veneno y un homenaje a la obra de John Cage. “Justo cuando compuse el disco estaba leyendo uno de sus libros de referencia, Silencio, y quise hacer una versión hardcore de 4’33’’. Lo que pasa es que dura la mitad, porque está tocada al doble de velocidad –explica el artista, que se identifica con el controvertido compositor –. Estoy seguro de que él también hubiera utilizado Internet, y que también le hubiera gustado hacer un concertó a partir de los e-mails que le enviara la gente.”

 

–      Qué lindo miniconcierto!!

–      Otra! Otra! Otra! Ooootra!

–      Que groso sos. Me firmas el muro?

–      Volveeee!!

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