Nadie conoce qué oculta su mirada impertérrita, su saber estar ante el paso de los siglos. Ni si quien viste y suponemos, calza, detrás de los rodetes o “ensaimadas” es una sacerdotisa, una aristócrata o la Diosa madre. Por dudar, hay quien
Antes de aquel verano, París siempre fueron para mí las escenas de una película en la que la torre Eiffel servía como fondo para un beso romántico; las páginas de un libro que describían con minuciosidad las láminas del barrio de