Roman Polanski recrea con pericia el gran escándalo judicial de Francia Están avejentados. Los dos hombres se encuentran, por fin, solos. Frente a frente. Uno es un judío flaco, de aspecto delicado. El otro, un alto cargo de la milicia francesa, es
“No sé por qué hay que dejar de querer a una persona solo porque se ha muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo”. Corría el año 1951 y Holden Caulfield, protagonista de El guardián entre