ESSAOUIRA, EL OASIS DE MARRUECOS

Cuando el calor de Marrakesh ahogaba, Essaouira se convirtió para mí y para mis compañeros de viaje en un espejismo. La gente llevaba chaqueta y los termómetros marcaban temperaturas en torno a los 25 ºC. Las palmeras se movían: corría esa brisa