Santiago Zabala : «La mayor urgencia es la ausencia de urgencia»

Lines, Timo Aho y Pekka Niittyvirta ©Lison Soulé-Susbielles

El filósofo presenta en el Círculo de Bellas Artes, La Mayor Emergencia, una exposición casi profética que se podrá ver hasta el 12 de enero de 2025

Cuando el arte se cruza con la filosofía, el resultado es un espejo objetivo de un sujeto aislado. Así es como el Círculo de Bellas Artes abrió sus puertas al filósofo Santiago Zabala (Buenos Aires, 1975) para presentar La Mayor Emergencia, la traducción artística del pensamiento del autor. Con obras de doce artistas contemporáneos, esta ecléctica exposición enfrenta al visitante a una realidad oculta, escondida e inexplorada.

Publicada en 2017, Why Only Art Can Save Us es una obra esclarecedora sobre el futuro y la necesidad del arte en el siglo XXI. En ella, Santiago Zabala, Profesor de Investigación ICREA de Filosofía en la Universidad Pompeu Fabra, explora una sociología de la urgencia cuya solución sería el Arte.

Aunque la emergencia rige en gran medida la actualidad, el autor sostiene que la tendencia es disipar este estado de alerta. En su opinión, los partidarios de una vuelta al orden están más interesados en canalizar las urgencias existentes que en prevenirlas. Es así como el arte, como agitador de nuestra existencia, interviene para revelar lo invisible.

El arte y el gran rechazo

Mucho más allá del mero esteticismo, el arte es revelador en su profundidad e intensidad. El arte tiene una función de negación; no está ahí para confirmar la realidad, sino al contrario, para organizar un cierto rechazo.

Hay una cierta resistencia en la práctica artística. No se trata solo de compartir un sentimiento de angustia ante los acontecimientos actuales, sino de actuar de otro modo. Este paso al costado induce a una rebelión por el simple hecho de desprenderse de un tema, cambiarlo, representarlo.

Aunque la respuesta obvia a la pregunta de Zabala está en los medios de comunicación y la divulgación científica, el filósofo sostiene que ambos campos se complementan. Aunque la digitalización promete una información accesible a todos, los mensajes se pierden.

Mientras las redes sociales se presentan como una herramienta de democratización, contribuyen a un desorden informativo. Así se pierde la confianza en un flujo de información y desinformación.

Ciencia y arte

Como teorizó el filósofo español Ortega y Gasset en uno de sus ensayos, el vínculo entre cultura y ciencia es fundamental. Hace un siglo ya se planteaba la necesidad de hacer accesible la ciencia. Ahora que la ciencia se ha liberado, está perdiendo su legitimidad por un contenido excesivamente especializado o incluso engañoso.

Cuando los políticos, movidos por impulsos narcisistas, intentan hacerse pasar por salvadores de la humanidad, olvidan todo de la sensibilidad. La ciencia es necesaria para comprender el mundo y sus fluctuaciones, pero sin mediación, ¿de qué sirve?

Las organizaciones están cerca de las urgencias, pero los artistas están cerca de las personas que viven en el mundo. Esas mismas personas, dotadas de sensibilidad, necesitan sentir emociones.

El conocimiento, a través de la ciencia y la racionalidad, puede captarse a través del arte y sus efectos. De este modo, al abordar cuestiones militares y neoliberales, la vigilancia tecnológica y la ecología, las 12 obras expuestas han conseguido liberar ideas. Entre ellas, resuena una en particular.

Distopía profética

En el sótano del Círculo de Bellas Artes, la oscura escenografía de la exposición arroja luz sobre las obras aisladas. Lines, de Timo Aho (Vantaa, Finlandia, 1980) y Pekka Niittyvirta (Helsinki, 1974), es una fotografía tomada de noche, que muestra una casa de piedra junto al mar, rodeada de luz blanca de neón. Una semana después de la catástrofe de la DANA que asoló la Comunidad Valenciana el 29 de octubre, esta obra tiene un eco evidente.

Lines, de Timo Aho y Pekka Niittyvirta ©Lison Soulé-Susbielles
Lines, de Timo Aho y Pekka Niittyvirta ©Lison Soulé-Susbielles

Para este proyecto, la pareja de artistas instaló sensores en la isla de North Uist, en las Hébridas Exteriores del archipiélago escocés, que interactúan con la marea. La obra proporciona una referencia visual que representa una estimación científica del nivel al que podría subir el mar si la Tierra sigue calentándose.

Tras unas inundaciones extremas de consecuencias devastadoras, la resonancia de la foto es conmovedora. Las cegadoras luces de neón también «resuenan con la sociedad de consumo contemporánea», declaran los artistas. Desde la revolución industrial, sólo el ser humano tiene poder para influir en el clima, pero el frenético deseo de intensidad acelera constantemente el calentamiento global.

A través de este proyecto, existe el deseo de transmitir datos científicos de forma impactante. Cuando las palabras, las cifras y los gráficos ya no bastan, las proyecciones distópicas pueden despertar conciencias.

«El pueblo salva al puebl

En la interminable espera de refuerzos, se creó una oleada de solidaridad en las localidades más afectadas. En Valencia, miles de personas se reunieron para caminar hasta los pueblos vecinos, equipadas con palas y escobas. De este caos surgió una lección de humanidad.

Miles de personas caminan por uno de los puentes que conducen desde la ciudad de Valencia (España) a las zonas afectadas por las inundaciones el 2 de noviembre de 2024. LOYOLA PEREZ DE VILLEGAS PARA «LE MONDE».
Miles de personas caminan por uno de los puentes que conducen desde la ciudad de Valencia (España) a las zonas afectadas por las inundaciones el 2 de noviembre de 2024. LOYOLA PEREZ DE VILLEGAS PARA «LE MONDE».
Un grupo de personas barre la plaza del pueblo de Chiva intentando despejar el acceso a las casas, el viernes 1ᵉʳ de noviembre de 2024. LOYOLA PEREZ DE VILLEGAS PARA «LE MONDE»
Un grupo de personas barre la plaza del pueblo de Chiva intentando despejar el acceso a las casas, el viernes 1ᵉʳ de noviembre de 2024. LOYOLA PEREZ DE VILLEGAS PARA «LE MONDE»

La continua luz de neón que rodea la casa es un recordatorio de la ayuda mutua valenciana. En la oscuridad, aparece la luz. Se crea una línea continua, formando un cuerpo humanitario que se reúne alrededor de las casas para repararlas, juntos.

La Mayor Emergencia, hasta el 12 de enero de 2025 en la Sala Minerva del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

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