El escultor gironés Álvaro Soler Arpa muestra nuestro vínculo con la naturaleza y su enorme preocupación por cómo nos relacionamos con ella en la Sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid. La exposición se podrá ver hasta el 26 de enero de 2025.
Las Especies mensajeras del artista Álvaro Soler Arpa (Girona, 1974) se muestran en el Círculo de Bellas Artes, la obra está dividida en tres escenarios, en los que representa su visión de la degradación ambiental, la pérdida de la biodiversidad y el dilema ético asociado con el progreso tecnológico.
En el primer escenario, Evolución tóxica, Soler muestra la evolución de los habitantes de este mundo nocivo. Una de las primeras esculturas que podemos apreciar Cabra-cangrejo es la unión de diferentes piezas de Cráneo de cabra, patas de cangrejo imperial, alambre y pilas, que forman la visión de un futuro distópico y aparentemente imaginario, allí se puede analizar un poco la perspectiva de cómo el artista entiende el presente, un lugar donde preferimos darle prioridad al consumo desaforado, provocando un interminable número de desechos que terminan por destruir nuestros ecosistemas.
La aglomeración de basuras, plásticos, alambres… son una muestra de cómo las especies han tenido la obligación de adaptarse y regenerarse en un sistema dañado. Según el IPV 2024 (Informe Planeta Vivo) de la WWF, que abarca 35.000 tendencias poblacionales de 5.495 especies, en En los últimos 50 años, las poblaciones de fauna silvestre han disminuido un 73 % según el Índice Planeta Vivo. Las especies de agua dulce han disminuido un 85 %, las terrestres un 69 % y las marinas un 56 %.
Estos datos reflejan la consecuencia de la avanzada destrucción de nuestros territorios. Nos hemos olvidado de la coexistencia como habitantes de un mismo lugar y damos solo espacio para algunos seres vivos. Sin embargo, su visión no es tan desalentadora pues propone que aún estamos a tiempo de cambiar y generar un ecosistema sostenible que permita conservar todas las formas de vida.
Fauno: Huesos de avestruz, cerdo, caballo y cráneo de Ñu con alambre y residuos plásticos, también parte de la serie de Evolución tóxica aproximadamente tres metros de largo y dos metros de alto, es una escultura única donde se puede apreciar el cuerpo de un animal imaginario recubierto por plástico, latas de refrescos, alambres, máscaras de oxígeno y hasta teléfonos móviles que crean el estómago del animal, evocando nuevamente la basura vertida en nuestros ecosistemas y haciendo alusión a los objetos que estamos alimentando a las demás especies.
El consumismo moderno
En la segunda parte, Diseño – Metástasis I Soler propone en su obra que, “el diseño en sus múltiples facetas – de moda, packaging, gráfico, de producto, de automoción, de escaparates-, es la herramienta principal del consumismo moderno”. Podemos verlo reflejado claramente en marcas de fabricación masiva, donde el principal objetivo es crear productos que sean atractivos a los potenciales usuarios, generar compra instantánea y hacerlos cumplir con ciclo irreversible de consumo innecesario, los objetos adquiridos serán desechados rápidamente, creando un impacto negativo y desolador para nuestros ecosistemas.
Círculo de Bellas Artes, exposición «Especies mensajeras» Madrid 2024.
¿Cuál es el costo real de nuestros deseos?
En esta segunda parte de la exposición, encontramos diferentes piezas muy bien estructuradas, con técnica mixta sobre taxidermia y, de igual forma, el afán del artista por crear conciencia en los seres humanos acerca del dolor intenso que producimos en especies animales sin necesidad alguna. Más allá del concepto de cadena alimenticia, su crítica está destinada al consumismo en su máxima expresión, a la necesidad que nos hemos creado como individuos para acabar con todo lo que podamos de la forma más rápida posible, muchas veces dejándonos influenciar por los demás; por supuesto, como en nuestro presente inmediato muchos de nosotros no vivimos el cambio climático de una forma directa, por la vida ajetreada que llevamos, no somos conscientes de lo que están sufriendo otras especies y contribuimos a su extinción.
Cabezas de antílopes con colores vivos, alambres y puntillas son el foco principal de esta sección. También podemos observar los bocetos en los que el artista desarrolló sus ideas antes de ejecutarlas, mostrando así un proceso complejo y bien documentado.
Para finalizar con el recorrido, Soler nos invita a reflexionar acerca de la enajenación completa del ser humano con la naturaleza y sus causas en un futuro no muy lejano. A esta parte de la exposición le llamó Esculturas del fin del mundo allí, “el ser humano ha sido vencido por su ego, su arrogancia y sus miedos.” Afirma el artista en sus mensajes para los espectadores de su obra.
Círculo de Bellas Artes, exposición «Especies mensajeras» Madrid 2024.
Esto es un espejismo de lo que alguna vez las especies fueron en vida. Con representaciones de esculturas opacas, hechas de varilla de hierro y alambre, nos invita a interiorizar que si continuamos destruyendo la naturaleza de la misma forma, dejando atrás el contacto con las otras especies, estaremos olvidando que somos parte de un mismo ciclo de vida, donde los unos nos necesitamos a los otros para existir y, por consiguiente, el panorama será frívolo y yermo, desolado y apocalíptico.
