Menta en Madrid: el punk y el ‘grunge’ vuelven a triunfar en un momento extraño

Concierto de Menta en la Sala el Sol de Madrid, diciembre 2022
Concierto de Menta en la Sala el Sol de Madrid, diciembre 2022

En la presentación de su primer álbum, la banda consiguió llenar la Sala Sol de la capital.

A finales de la década de los setenta en España, la muerte de Franco, la instauración de la democracia y la libertad después de años de represión fueron el caldo de cultivo para que se produjera un estallido musical del que surgieron grupos míticos como Tequila o los Burning, representados por el sello discográfico Chapa Discos. Ahora, tras la pandemia, se ha producido una tormenta musical parecida, en la que la rebelión ha consistido en hacer música y reunirse con los amigos, creando grupos como Menta, que encontraron cobijo hace ya dos años en la discográfica Sonido Muchacho

El quinteto presentó el sábado 3 de diciembre en Madrid su primer disco, Un momento extraño, haciendo sold out en la Sala Sol. Icono de la Movida madrileña desde su apertura en 1979 y hogar de los nuevos nombres de la escena pop-rock independiente, la sala es otra vez uno de los puntos de encuentro en la capital donde los que seguimos de cerca a esta nueva «movida» musical que está surgiendo acabamos encontrándonos siempre en todos los conciertos. Y el de Menta no iba a ser menos. 

Ya estaban en el escenario Lucas Sierra, bajista también del grupo La Paloma, el batería Pedro del Pozo y los guitarristas Nico Rubio y Rodrigo Godoy, pero el concierto no comenzó hasta que Cristina Mejías, alias Meji, se subió a él. Luciendo como una especie de Alaska folklórica o incluso una Lola Flores grunge y sin dar muchas explicaciones, Meji dio la bienvenida con la canción de estilo punk que encabeza el LP: Fatal, gracias. Dejando claro que están lejos de ese indie dulcificado y que también pertenecen a la generación que utiliza el meme como vía para canalizar la ansiedad generalizada: Ya no hay paz / Ya no hay sueños / No hay futuro / No hay mañana. 

Después de tocar Me alegro de verte, single que pertenece a su primer EP, la vocalista pensó en voz alta: «Está llena, ¿eh?». Aunque la incredulidad por haber conseguido vender todas las entradas no duró mucho, porque enseguida la presencia escénica de Meji dejó claro la razón de tal éxito. Estoy tranquila / Ahora confío / Todo está de puta madre / Tengo la suerte de mi parte, se escuchó al tocar Segunda Parte, y mientras su voz seguía haciendo de hilo conductor del show, se pudo apreciar la complicidad entre el bajo y el batería, encargados de llevar el ritmo.

Tras una pizca de optimismo, volvieron al nihilismo y a la melancolía con Esperar, donde gritó junto al público que la juventud está desesperada de hacer justamente eso; y con Ya no te quiero más, acercándose al subgénero shoegaze como ya hicieron en uno de sus primeros singles, Ojalá te mueras. Continuaron con esas melodías sombrías y oscuras, que se asemejan a las de los gallegos Triángulo de Amor Bizarro, pero adquirieron un toque más grunge de Seattle al sonar Consecuencias. En este momento, Meji, que se movía como una diva entre ellos abandonó el escenario y dejó que «sus chicos» se lucieran cantando la única canción en la que ella no les acompaña.

Volvió con cervezas para la banda y, con su especial deje sevillano, anunció que les quedaba poco. Por eso, tocaron El apartamento, que habla sobre algo tan efímero como una fiesta, para acto seguido terminar con Lo que me falta. La canción, que se ha convertido en el single más conocido del álbum debut y que posee una letra tan universal que la voz del público casi opacó la de la vocalista, fue el final perfecto para demostrar que esta música de colegas puede (y debe) trascender de nuevo.

María Cantó

Periodista especializada en cultura. Escribo sobre todo lo que me ilusiona.

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