El pasado viernes se estrenó en la sala Fernando Arrabal del Matadero Madrid la versión de Sueño de una noche de verano, de Darío Facal, tras un año de gira por España.
Katia Klein interpreta a Helena, un papel que define como «un regalo por ser un personaje tan especial».
La actriz santanderina da vida sobre las tablas a una Helena apasionada, dotándola de una energía que irradia expresividad sin caer en la exageración. Aúna naturalidad y dramatismo, y sus movimientos en el escenario son delicados y derrochan sensibilidad y elegancia, como los de una bailarina.
Katia regresa a la piel de Helena, pues ya interpretó este personaje en Barcelona con 17 años. Para ella supone cerrar el círculo y volver a disfrutar del papel diez años después.
La joven actriz descubrió el trabajo de Darío Facal con Amistades peligrosas, y se sintió afortunada cuando hace un año fue seleccionada para formar parte del elenco de Sueño de una noche de verano, que se estrenó en Alcalá de Henares.
Ella considera que la mayor virtud de Facal reside en el «criterio para formar un buen equipo de actores; cómo intuye la compenetración que puede darse entre ellos, que es fundamental para que las relaciones al actuar no resulten superficiales». Como resultado de su trabajo, la obra es para Katia «un cóctel espectacular de actores sobre una base plástica muy interesante, que genera un efecto de magia surrealista.»
Hace dos años se encontraba en París para cambiar de aires, cuando le ofrecieron actuar en Las chicas no deberían jugar al fútbol, en los Teatros del Canal.
Aceptó y así retomó su relación con el teatro, un arte del que Katia destaca «su función social, la capacidad de comunicar ideas y situaciones con las que el público comprende un poco más la vida, así como la magia de lo efímero, de un momento en escena que es único e imposible de sucederse de nuevo. Y aprender a escuchar al otro».
De su personaje de Lola en Cuéntame añora lo divertido que resultó interpretarlo, pero confiesa que, aunque ha disfrutado en la pequeña pantalla y cada vez las series de nuestro país ganan en calidad, el teatro la llena más.
Katia Klein se encuentra además trabajando en un libro ilustrado titulado Llámame rara, en el que da rienda suelta a otra de sus pasiones.
Confiesa que se aburre con facilidad, por eso no para, con lo que «la no-rutina del actor» la mantiene «viva, ilusionada».
Hacer lo que la hace feliz es la clave de su éxito.