Big Bang en equilibrio

Damián Ortega Viaje al centro de la tierra

La Gran Explosión. Materia, espacio, tiempo. Es el origen de la existencia colgando del techo entre cuatro paredes blancas. El preciso instante del comienzo del todo y de la nada ha quedado suspendido en el aire, hierático. El Big Bang se ha detenido de golpe, y el universo nunca ha existido.

Damián Ortega (1967, Ciudad de México), empezó trazando dibujos graciosos. Era caricaturista político. Publicó sus primeras viñetas satíricas en el suplemento Histerietas de La Jornada. Desde 1987 hasta 1992 participó en el Taller de los viernes, junto a Gabriel Orozco, Abraham Cruzvillegas, Gabriel Kuri y Dr. Lakra. Se reunían cada semana en la casa de Tlalpan de Orozco para experimentar con el arte. En 1998 empezó a exponer sus obras de forma individual y colectiva, y cuatro años después llevó su obra más conocida, The cosmic thing, a la 50ª Bienal de Venecia. Esa “cosa cósmica” es un Volkswagen descompuesto. Todas las piezas que hacen funcionar al “coche del pueblo” penden de hilos flotando en el aire. El vocho fue en México, durante varios años, el coche más barato y el preferido por los taxistas. No solo eso, también fue el preferido por los ladrones porque, además de ser el más económico, también era el más fácil de desmontar. Así que ahí estaba el escarabajo de Ortega, desmontado, desmembrado, colgado del techo, irónico.

Con su obra El controlador del universo, fue nominado en 2007 al Preis der Nationalgalerie für junge Kunst. De nuevo se trata de elementos levitantes. Llaves, martillos, palas, picos, sopletes, rastrillos… Herramientas que en el extremo de un hilo permanecen inmóviles sin tocar el suelo. La bautizó con ese nombre por el mural de Diego Rivera en el Rockefeller Center. Ortega mantiene la ironía y la crítica de sus caricaturas y viñetas políticas. Diego Rivera veía el desarrollo tecnológico como la liberación del obrero. Para Ortega, la tecnología no nos hará libres. Para Ortega, nunca llegaremos a controlar el universo por muchas herramientas imposibles que inventemos.

Viaje al centro de la tierra

Piedra pómez, zamak, cerámica al horno, vidrio, tezontle rojo. Fragmentos de estos elementos conforman la Tierra en la obra de Ortega, Viaje al centro de la tierra: penetrable. Esta escultura se exhibe actualmente en la colección INELCOM de Madrid, la cual se puede visitar contactando con ellos a través de su página web. Estos pedazos de materia flotan en el aire, suspendidos a distintas alturas y formando una esfera dividida en dos por un pasillo central. Se puede entrar en la creación, atravesarla, formar parte de ella.

Ortega Viaje al centro de la tierra
Viaje al centro de la tierra de Damián Ortega en el INELCOM, Madrid

Equilibrio y coordinación. Son dos de los aspectos principales en el trabajo de Ortega. Las piezas del escarabajo en The Cosmic Thing colgaban del techo a la altura exacta para reproducir el lugar que ocupaban originalmente en el vehículo, y a la distancia precisa entre sí para lograr ese coche despedazado pero, al mismo tiempo, ordenado en el aire. Las herramientas de El controlador del universo, flotaban ocupando un sitio y adoptando una posición calculadas al milímetro. Viaje al centro de la tierra también se estructura en ese balance, orden y estabilidad.

Las capas que forman la Tierra se pueden dividir en cinco: corteza, manto superior, manto inferior, núcleo externo y núcleo interno. Los diferentes materiales empleados por Ortega cuelgan colocados de esta manera, por capas, que se distinguen por las diversas texturas y colores. Es el mundo y las fuerzas que lo componen. Es una obra de arte monumental que al mismo tiempo evidencia la frágil complejidad del suelo que pisamos.

Esta descomposición en pedazos del planeta, esta división por capas compone la idea del tiempo profundo, el que ilustra la vejez de la Tierra. La geología, la estratigrafía cobran un sentido artístico y poético al servir como enfoque para la creación de una escultura.

El origen de la existencia pende de un hilo. El principio de todo flota en pedazos, inmóvil, en una habitación blanca. Es un Big Bang en equilibrio.

Irene Ibáñez

Vengo de Soria, tierra de poetas. Estudié Periodismo en la Universidad de Zaragoza y escribo de vez en cuando en la revista cultural Zero Grados, donde soy redactora jefa junto a Candela Canales. // Quiero contar cuentos sin ser una cuentista.

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