… Y AHORA YA SOY OTRO FAN DE JOHN BOY

Love of Lesbian, por Lyona

Era febrero, y el tercer milenio estaba ya bien entrado. Pero una fiesta no tiene por qué justificarse, y los fans de John Boy celebran la nochevieja cuando quieren. No temen al «efecto dos mil», porque cuatro noches seguidas, los fans de John Boy se tomaron las uvas del fin de año de 1999. Y por mucho que hablasen de que iba a ser el caos total, nada se vino abajo. Ni siquiera Joy Eslava, que aguantó estoicamente los saltos de los fans de John Boy que quisieron vivir los últimos días de 1999 (y a la tercera lo aclaro, cuando digo John Boy quiero decir Love of lesbian).

Es curioso, porque en 1999, el de verdad, Santi Balmes recuerda que tocaron en Madrid. Y sólo dos chicas se acercaron a verles a la sala Maravillas. Dos chicas que, además, ni siquiera aguantaron todo el concierto. Fracaso absoluto: venir desde Barcelona para dar un concierto y ya no sólo que vayan dos personas, sino que encima se marchen a la mitad, minaría la moral de cualquiera. Pero por suerte, Love of lesbian siguió adelante. Año 2000. Vuelven a Madrid. Tres personas, pero aguantan todo el concierto (¡bien!). Y unos años después, cuando buscabas el nombre del grupo en alguna página de descargas (lo asumo, admito mi delito), tras varios resultados de porno lésbico aparecía un disco que se llamaba Maniobras de escapismo (2005). Con él , y ya con letras en español, volvieron a enfrentarse a Madrid y a otros muchos sitios, y por fin, el público respondió. Y de qué manera.
Portada de 1999, de Love of Lesbian
Desde ahí, poco (o mucho) hay que contar. Tras Maniobras vino Cuentos chinos para niños del Japón (2007), y la consagración definitiva con 1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna) (2009), el disco con el que llevan girando casi dos años y que ahora vive sus últimos días. No hay rincón de España por el que no hayan pasado (incluso varias veces), ni festival que no los haya tenido en su cartel. Madrid se volcó para recibir a los catalanes en un fin de gira que agotó todas las entradas para las cuatro fechas consecutivas que salieron a la venta en apenas unos días.

El viernes 4 de febrero era la tercera cita. Habría que preguntar a las más de 900 personas que abarrotaban Joy Eslava cuántas veces habían visto a Love of lesbian en su vida, y seguro que no eran muchos los nuevos en la experiencia. Alguien, incluso, tenía un perro llamado ‘Shiwa’, como una de sus canciones. Muchos iban a vivir la experiencia lesbiana los cuatro días seguidos. Los fans de John Boy son todo un fenómeno de estudio, vaya. Y es que desde que sonaron los acordes de ‘Allí donde solíamos gritar‘, la comunión entre músicos y público fue inmensa, especial. Es cierto que si «indie» es abreviatura de «independiente», Love of lesbian lo son cada día menos, entendiéndolo desde significado de minoritario, pero su música no puede englobarse dentro del pop-rock convencional. Y su estilo, con letras cargadas de humor e ironía unas, de melancolía y dulzura otras, o incluso de todo a la vez, son lo que probablemente los hace diferentes. Y hace que creen himnos, como lo es ya ‘Incendios de nieve‘.

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Alternando entre canciones del último disco, y éxitos más antiguos y pausados como ‘Un día en el parque‘, el concierto fue avanzando. Y a pesar de que algunas canciones sean para el salto, el baile y el desfase, y otras por lo contrario sean más de mechero en alto y susurros (¿se pueden encender mecheros en las salas de conciertos?), Love of Lesbian son capaces de conseguir que el ánimo no decaiga en ningún momento. ¿Puede ser por el atrezzo? ¿Por gorros de pez, por gafas de corazones, por un bajista nudista en tanga con cruces en los pezones? ¿Por el espíritu de Nacho Vegas que posee al guitarrista cuando cantan el ‘Villancico para mi cuñado Fernando‘? No sé, pero la consecuencia lógica de todo esto es que la banda, llegado el subidón de ‘Algunas plantas‘ y tras celebrar una ficticia nochevieja de 1999, acaba bailando en la pista con los fans de John Boy. Y, por milagros de la naturaleza, vuelven vivos al escenario.

También pueden influir las colaboraciones, podría ser… Si el miércoles fue Amaro Ferreiro quien tocó’Universos infinitos‘, y el jueves Zahara puso voz a ‘Domingo astromántico‘, una de las canciones más bonitas de la banda, el viernes fueron dos las canciones con invitado: primero vino otra voz femenina dulce, dulcísima, para dar un nuevo aire a ‘Cuestiones de familia‘, la de Anni B. Sweet. Y poco después, la dudosa (por poco llamativa) contribución de Guille y David, de Vetusta Morla, en’Carta a todas tus catástrofes‘. Uno a la pandereta y otro a la guitarra, y teniendo en cuenta que había otras dos en el escenario, la aportación es más que discreta. Pero bueno, todo hace, ¿no?.

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El final («¿en serio? ¿final? ¿no siguen de gira?») vino con una traca de temas del último disco. ‘Te hiero mucho‘, ‘Miau, Me amo‘ (dedicatoria a Gerard Piqué incluida) y ‘Club de fans de John Boy‘fueron los últimos temas bailables de la noche, porque, a diferencia de otros grupos, Love of lesbian prefiere dejarte flotando con un lento que sudando con el tema más cañero. Y por eso, primero vino ‘1999‘, y después, sólo unos segundos pero diez años después, ‘2009. Voy a romper las ventanas‘. Con ella, con frases como «ven a romper las ventanas, ven a gritar como antes, ven a romper las ventanas  y hacer del caos un arte, voy a romper tus ventanas y voy a entrar como el aire», y con la música de Frank Sinatra como telón de fondo, nos dejaron ir, flotando, y esperando un nuevo disco y otra gira interminable.

Y pensando que tal vez lo que hace grande, muy grande, cuatro días de «no hay billetes» grande, dos años de gira grande a un grupo es poder cantar con la misma credibilidad una oda al espermatozoide que ganó la carrera de la vida que frases tan bonitas, tan llenas y tan simples, como «Yo mataré monstruos por ti, sólo tienes que avisar». Quién no quiere que maten monstruos por él…

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