Viajar: una manera de vivir

un adivino me dijo

Viajar es soñar, vivir y descubrir. Viajar es aquel sentimiento de profunda libertad que percibes al llegar a lugares desconocidos, que hasta aquel momento solo habían formado parte de tus sueños. Viajar es el placer del descubrimiento, de la búsqueda y la curiosidad de conocer algo nuevo: nuevos lugares, nuevas ciudades, culturas y personas que, de repente, abren tus perspectivas. Cada viaje tiene la fascinación del desconocido, del ignoto, y en eso, está su magia. Siempre sabes a donde vas pero nunca sabes lo que puedes encontrar por el camino.

 

Lo que es cierto es que siempre vuelves de un viaje con algo más, con algo que no tenías al llegar, una experiencia única e inolvidable, una joya que puedes compartir o guardar como algo solo tuyo. Tiziano Terzani, periodista y escritor italiano, ha siempre considerado el viaje un arte, una manera de vivir y de observar el mundo con pasión y curiosidad. «Viajar ha siempre sido para mi una manera de vivir» decía.

En 1976, un adivino de Hong Kong le advierte que en 1993 corría un gran riesgo de morir y le pidió que ese año no viajara en avión. Llegado el fatídico año, Terzani decide seguir el consejo del adivino y convence a su periódico de que sería una buena oportunidad para descubrir el Oriente de una manera inusual. El corresponsal asiático aprovecha esta situación para reencontrar la verdadera y más profunda esencia del viaje. A la narración de este viaje dedica un libro entero, titulado Un adivino me dijo. Se tratatiziano terzani de un recorrido largo un año por Laos, Tailandia, Birmania, Malasia, Singapur, Vietnam y Mongolia, para finalmente volver a Europa sin coger ni una vez el avión. Viajando en avión se pierde el sentido de las distancias y del tiempo, se pierde la posibilidad de conversar largamente con los compañeros de viaje, se pierde la parte más aventurera del viaje. Trenes y barcos sustituyeron, durante un año, el avión como común medio de transporte. Se trataba de una vuelta a la forma de viajar propia de los viajeros románticos: una manera de viajar pausada, mágica y aventurera. Durante estos viajes, Terzani entrevistó a personas de la población, a viajeros de tren, a adivinos locales: cada uno le contaba su historia, su experiencia de vida y sus secretos. Estas numerosas vivencias se convirtieron en la parte más importante de su viaje: el contacto directo con las personas y sus propias vidas. Sin embargo, para Terzani el arte del viajar se resuelve en la capacidad de saber escuchar a las personas que cruzan tu camino, en la capacidad de observar el mundo con una curiosidad siempre nueva y sobre todo en dejar que sea el viaje mismo a conducirte. A la pregunta «¿Que has hecho en tu vida?» le habría encantado contestar «He viajado».

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