A veces, una hoja de papel y un lápiz son suficientes para aislarnos del mundo. Pero en otras ocasiones, eso no basta para salvarnos de lo que ocurre alrededor. El miedo y la soledad nos atrapan y la frustración empieza a acumularse en nuestro interior. Con esta premisa nace la película Un monstruo viene a verme, dirigida por Juan Antonio Bayona. Una cinta que ha logrado nueve premios Goya de los doce a los que optaba.
El miedo a lo desconocido y la búsqueda de la verdad son el punto de partida de una historia en la que también destaca el amor incondicional de una madre a su hijo.
La idea surgió de manos de la escritora inglesa Siobhan Dowd. Sin embargo, su muerte prematura por un cáncer de mama le impidió desarrollar la trama. Fue Patrick Ness quien, gracias a las notas que dejó Dowd y a sus ideas propias, logró crear la historia que Bayona terminó llevando a la gran pantalla.
Un monstruo viene a verme es un relato que juega con el drama y la fantasía para explicar la necesidad de afrontar la verdad, solo a través de esta se pueden superar los miedos.
La angustia de no verbalizar
El largometraje relata la historia de Conor O’Malley, un niño de trece años que intenta lidiar con la enfermedad de su madre. Incapaz de revelarse ante esa injusta situación, que se ve acrecentada con el acoso escolar que sufre, acaba convocando a un monstruo. Este aparece para contarle tres cuentos y obligarle a él a contar una última historia: la verdad.
Los tres sobrecogedores relatos cobran vida en el filme a través de acuarelas y en cada uno de ellos se encierra una metáfora sobre la complejidad de la vida, la cual está compuesta de distintas tonalidades de grises.
La verdad de Conor se va mostrando en pequeños fragmentos a lo largo de la cinta. El protagonista no desea hablar de ello, no obstante, deberá hacerlo para poder seguir adelante. Con esto, tanto Ness como Bayona, quieren mostrar todos aquellos pensamientos y sentimientos que nos empeñamos en acallar y que, sin embargo, pueden acabar “matándonos” cuando se manifiestan, como afirma el Monstruo en la película.
Siempre al servicio de las historias
Bayona desarrolla la trama de forma armoniosa gracias a un magnífico elenco de actores, una puesta en escena sobria, unos impresionantes efectos especiales y una banda sonora que deja en silencio escenas en las que las imágenes no necesitan apoyo sonoro para transmitir los mensajes implícitos.
Con este filme, el director completa una improvisada trilogía compuesta por El orfanato (2007) y Lo imposible (2012) cuyo nexo de unión no solo es el vínculo afectivo e indestructible entre madre e hijo, sino también la evolución de un niño que debe enfrentarse a un duro acontecimiento.
El director catalán utiliza la fuerza narradora que tienen las imágenes para psicoanalizar al espectador a través de un monstruo que no es más que esa oscuridad que todos albergamos en nuestro interior.
Bayona logra conmover con Un monstruo viene a verme por su sinceridad y la facilidad que tiene para hacer reflexionar. Aprovecha la película, también, para rendir homenaje al arte y a su capacidad para curar cualquier tipo de heridas.