Si ven ‘Carol’, controlen sus expectativas

Cate Blanchett en el papel de Carol
Cate Blanchett y Rooney Mara en Carol
Cate Blanchett y Rooney Mara en Carol

El problema de la crítica cinematográfica es que tiene tal influencia en la percepción colectiva que puede conseguir que pases por alto una película fantástica o, por el contrario, magnificar una ‘obra maestra’ que se desinfla cuando por fin la ves. Algo así ha pasado con Carol.

El film, que se estrenará el 5 de febrero, está basado en la novela El precio de la sal, publicada por Patricia Highsmith bajo el pseudónimo de Claire Morgan en 1951. Cuenta la historia de amor entre Carol Aird (Cate Blanchett), una mujer madura de clase alta que se encuentra en medio de un divorcio y la lucha por la custodia de su hija, y Theresse Belivet (Rooney Mara), una joven dependienta en una tienda de juguetes que sueña con ser fotógrafa.

Sí, es cierto que en la cinta destacan ciertas cosas, pero veremos si compensa la soporífera trama que discurre demasiado lenta. Lo mejor es, sin duda, la química entre las protagonistas, ambas nominadas a los Premios de la Academia: Blanchett al Oscar como mejor actriz y Mara a mejor actriz de reparto. Lo consigan o no, sus interpretaciones han sido sublimes en ese juego de miradas: un ballet de sugerencias, importantísimos silencios y pequeños gestos con los que consiguen expresar lo máximo con lo mínimo. Sin embargo, tanto mutismo puede llegar a resultar cansino cuando se mantiene durante dos largas horas en las que parece que el clímax nunca va a llegar.

El director Todd Haynes, que había permanecido alejado de la gran pantalla desde 2007 (cuando rodó la película biográfica de Bob Dylan, I’m not there) ha declarado que no pretende hacer ningún tipo de reivindicación alrededor de Carol, más bien, la película no presta atención a la orientación sexual sino a la conexión entre dos personas. Esa extraña relación entre Carol y Theresse desprende elegancia, sensualidad y algo de secretismo, como si de una novela de misterio se tratase. De hecho, resulta muy poco explícita en comparación con otras cintas del género como, La vida de Adele (Abdellatif Kechiche), la gran triunfadora de 2013 en Cannes.

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Cate Blanchett en el papel de Carol

Otro punto fuerte es, sin duda, la banda sonora a cargo de Carter Burwell que, igual de sutil que la relación entre las protagonistas, podría pasar desapercibida. Sin embargo, la música de Carol, nominada también al Oscar, es hermosa y delicada, una de esas partituras que querríamos dejar sonar en la intimidad de nuestro cuarto y empezar a soñar.

Ahora bien, la historia está contada adecuadamente, pero le falta algo. Dispone de química entre los personajes, una bella fotografía del Nueva York de los años 50, aunque no destacable, y una gran banda sonora. Pero Carol puede llegar a ser un poco clásica, lenta, con poca emoción, a pesar de que el magnetismo de los ojos de Blanchett nos atrape con sus movimientos durante toda la película.

Desde el punto de vista de alguien que no conoce la novela de Highsmith, uno puede pensar que Haynes, al igual que Tom Hopper en La chica danesa, ha arriesgado poco. Tal vez se deba al hecho de que el proyecto ha necesitado más de dos décadas para ver la luz; lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que Hollywood considera un riesgo comercial financiar películas protagonizadas por dos mujeres (y si, además, añadimos el componente lésbico…)

En definitiva, merece la pena verla, pero mejor sería gestionar las expectativas, no vaya a ser que uno pida una muñeca y se encuentre con un tren por Navidad.

Ingrid Ortiz Viera

Soy una completa ignorante o tal vez una aprendiz incansable. Cuanto más viajo, más me doy cuenta de lo que me queda por ver; cuanto más leo, más autores quiero descubrir; cuanto más vivo, soy más consciente de lo que me queda por saber...

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