¿Cuándo dejamos de ser antiguos y empezamos a ser modernos? Pues probablemente sea más fácil demostrar que fue antes el huevo que la gallina. Lo que está claro es que, desde que somos modernos, nos encanta lo antiguo. Lo pasado de moda. En la era de la obsolescencia programada, cualquier objeto que lleve más de una década sobre la tierra se convierte en un tesoro y las firmas de moda etiquetan con la palabra vintage sus últimas colecciones.
Pues bien, durante los próximos 4, 5 y 6 de mayo, en Chamartín podrá pagarse en pesetas. Y no por obra y gracia de Angela Merkel, sino porque la estación de tren madrileña acogerá el Retro Market I love Retro: una feria de “antigüedades”… que no tienen ni un siglo de antigüedad.
Más de 70 puestos con artículos de moda y decoración en los que podrá ejercerse el “retropago”, como homenaje a la rubia moneda, desaparecida hace más de diez años. Sombreros, bolsos y butacas que datan de los años 40, 50, 60, 70 e incluso de los primeros 80. Vamos, que, como dirían nuestras abuelas, las antigüedades ya no son lo que eran.
Además de las firmas Barataria, Fucsia Vintage, Carmen Lasquetty, Lolita’s Closet y El Oficio, entre las estrellas de I love Retro figuran un bolso Loewe en piel de potro de los años 50 y una chaqueta Chanel de los 60, ambas traídas de París, además de un mueble bar con luz incorporada que viene de Dinamarca. Volvemos a cruzar los Pirineos.
Por solo un euro, cualquiera puede acceder a esta feria, que homenajeará a iconos de la moda como Dior, Chanel, Gucci, Pertegaz y Louis Vuitton. Pero que tanto nombre eterno no asuste: habrá gorros de visón por cuarenta euros y bolsos de piel por veinte y, además, los niños entran gratis. Ojalá lo retro nunca salga caro.
