La famosa saga de zombies Resident Evil parece que ha llegado a su fin con esta última entrega que se estrena el próximo 3 de febrero: Resident Evil: El capítulo final. La franquicia ha sobrevivido gracias a los fans de los videojuegos en los que se basan las películas y Milla Jovovich, quien da vida a Alice, ha logrado convertirse en la actriz con más películas de la misma saga a sus espaldas.
Esta filme revela algunos secretos de las anteriores películas y construir la historia de Alice y la Corporación Umbrella. También supone un grato reencuentro con viejos archienemigos como Albert Wesker (Shaw Roberts) y el Dr. Isaacs (Iain Glen), y amigos como Claire Redfield (Ali Larter). En esta ocasión la historia empieza después de los acontecimientos de Resident Evil: Retribution, donde Wesker traiciona nuevamente a Alice en Washington DC. La protagonista deberá volver a Raccoom City, el lugar donde inició la mortífera expansión del Virus-T, para destruir la Corporación Umbrella, y su posible plan para destruir completamente a la humanidad. Para ello contará con la ayuda de inesperados aliados que la acompañaran en el viaje para salvar al mundo.
Seguro que los fans disfrutarán de la cinta y sus referencias a las anteriores películas y a los videojuegos. Sin embargo, la edición de la película no se ha salvado. Hay muchos momentos en los que se cortan escenas sin ninguna explicación, algunas actuaciones son muy pobres y en las situaciones de mayor importancia para la historia pareciera que se quiere salir del paso haciéndola demasiado rápida.
Hay que reconocer que la película destaca por sus frenéticas escenas de acción y sus efectos especiales, que dejan a más de uno con la boca abierta. Uno de los mejores momentos es la pelea entre Alice y el Dr. Isaacs, siendo original y atrapante. La vuelta a La Colmena también es un gran momento de la película, ya que supone volver a los inicios de la serie, como un ciclo que había que cerrar.
Sin embargo, muchos diálogos quedan en segundo plano, así como los personajes de Claire y Wesker, a los que se los come la constante acción y el protagonismo de Alice. Otros protagonistas, como las ‘armas biológicas’ resultado del Virus-T, solo aparecen un momento y se olvidan fácilmente. Los zombies están bien logrados y la escena con el coche antidisturbios recuerda por momentos a la película Mad Max por momentos.
El final es un poco brusco y muy predecible, así como el epílogo que no quedó del todo cerrado. Es posible que en un futuro llegue a haber un Residente Evil 7, ya que la semana pasada salió a la venta el videojuego número siete de la saga. Podemos, por tanto, mantener la esperanza de volver a ver a Alice y seguirla en posibles nuevas aventuras.