Tan real que da asco

portada del libro de raymond carver

El Centro de Arte Dos de Mayo ha inaugurado recientemente la exposición Sin Heroísmos, por favor; basada en un libro de Raymond Carver. En el mismo, una recopilación de relatos, el escritor norteamericano se centra no en héroes de aventuras épicas, sino en los conquistadores del día a día. Sin embargo, para quienes no hayan leído nunca al padre del realismo sucio, recomendamos como iniciación Tres rosas amarillas, publicado en Anagrama en 1989 y que ha sido reeditado en más de ocho ocasiones.

 

El libro toma su título del último de los cuentos, donde relata los últimos días de la vida de su máximo inspirador, Anton Chéjov (con quien en numerosas ocasiones se le ha comparado); nos habla de su mujer, la actriz Olga Knipper, del doctor Schwöhrer, impotente ante la tuberculosis del dramaturgo; pero sobre todo de la actitud del escritor ante su enfermedad: siempre optimista, siempre convenciendo a todos que pronto sanaría, que al final acabaría ganando. raymond carver en su biblioteca

Esta disposición es la que profesan los personajes de todas las historias de Tres rosas amarillas. Su vida no es fácil, pero aún así hay un rayo de luz en cada relato, (“Había muchos motivos de esperanza”- dice el protagonista de Elefantes). Como Chéjov, Carver no juzga a sus personajes, sino que los presenta en tres dimensiones: están endeudados, son infieles, no pueden dormir y quieren que su madre se mude bien lejos. Están, casi siempre asfixiados por el sentimiento de culpa. Pero en el fondo, no son sino como cualquiera de nosotros, personajes que buscan lo que no tienen.

Cabe pensar si lo que ansían no es, en realidad, gritar al mundo su historia. Ya lo dijo el propio Carver: «Cualquiera puede expresarse, pero lo que los escritores y poetas quieren hacer con su trabajo es algo más que simplemente expresarse, es comunicar, ¿no?»

 cartel de la exposicion

 

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