Rastros de Sándalo: un viaje en busca del amor

‘Yo no veo cine español que es muy malo’ ¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Los españoles tenemos unos prejuicios infundados por esas películas escandalosas del destape, primero, y de la movida, después. Sin embargo, desde los 90 hasta ahora, la industria cinematográfica española ha ido evolucionando, hasta tal punto que se convierte en un referente a nivel internacional, tenemos un claro ejemplo en Lo Imposible, de Juan Antonio Bayona. Ahora se estrena Rastros de Sándalo, la última película de la directora catalana María Ripoll (Lluvia en los zapatos, Tu vida en 65’), que pretende convertirse en un éxito en todo el mundo y tiene todos los ingredientes para conseguirlo.

Inspirada en la historia real de Asha Miró, la autora del libro Rastros de Sándalo en la que se basa la película, cuenta la separación de dos hermanas en la India: Mina (Nandita Das) y Sita (Aina Clotet). La primera se convierte en una actriz de éxito en Bombay y la segunda, que fue adoptada por una familia catalana y ahora se llama Paula, es bióloga en Barcelona. Mina emprenderá un viaje para encontrar a su hermana y Sita comenzará una nueva vida que no esperaba.

La película, grabada entre Barcelona y Bombay y rodada en inglés, catalán e hindi, demuestra que con una idea simple se puede realizar un gran proyecto. La belleza con la que estas dos ciudades están retratadas las convierte en protagonistas fundamentales. El caos y el colorido de la India contrastan con una fría y bella Barcelona. En estos lugares, la directora se toma su tiempo en presentar a los personajes y lo hace de una manera muy lenta, pero necesaria. El largometraje está dividido en dos partes claramente diferenciadas: la desolación de la hermana mayor en busca de la pequeña y la respuesta de Paula ante la pregunta ¿quién soy yo realmente?

El reparto es acertado. Cuando Aina Clotet y Nandita Das aparecen juntas en pantalla las lágrimas acuden a los ojos sin quererlo. Las dos desprenden una soledad con la que quieren acabar y, al verse, todo cambia. Tanto la una como la otra sienten que han encontrado eso que faltaba en sus vidas. Además, Nandita Das se marca unos pasos de baile a lo Bollywood y eso es digno de ver. Hay que tener en cuenta a Naby Dakhli (Les promesses de l’aube) que como curiosidad aprendió catalán para grabar el largometraje.

En definitiva, esta película es lacrimógena pero sin buscarlo, es sentimental sin ser empalagosa y es una continua búsqueda de identidad. Un ejemplo de fortaleza: la fortaleza de dos mujeres que se atreven a volver a empezar sin importar las consecuencias. Solo están movidas por el amor y la esperanza.

https://www.youtube.com/watch?v=dzqpmtt_qRU