El Mercado de los Mostenses, hogar de la comida exótica en Madrid

A dos pasos de la Gran Vía madrileña y de la Plaza de España se encuentra uno de los mercados más curiosos y exóticos de la capital, en el que es posible encontrar casi cualquier producto, que normalmente no se ofrece en cualquier otra parte. El Mercado de los Mostenses ha pasado a convertirse en el lugar clave si quieres descubrir comida de otros continentes, en especial, productos frescos de Latinoamérica o Asia.entrada-mercado-mostenses

El mercado se inauguró en 1875 y desde entonces se popularizó como el mejor sitio para encontrar pescado fresco, que llegaba hasta la cercana estación del Norte desde los puertos cántabros y gallegos. Pero en 1925 se derribó con motivo de la construcción del tercer tramo de la Gran Vía. No fue hasta 1946 cuando se levantó de nuevo el edificio que ahora conocemos en el mismo lugar. En la actualidad se pueden contar alrededor de 110 locales en su interior.

Gracias a la gran cantidad de puestos y locales abiertos en el mercado durante los últimos años por parte de vendedores inmigrantes, de países como China, Perú, Ecuador o Venezuela, la comida, tanto latinoamericana como asiática, está muy presente, además de por los puestos, por los restaurantes que se pueden hallar en el interior, y que permitirán hacer un viaje por la gastronomía de medio mundo sin moverte de Madrid a unos precios muy económicos. No es de extrañar que sea el lugar al que acuden para abastecerse muchos de los restaurantes de comidas internacionales que están por la zona.

El Mercado de los Mostenses tiene la estructura de un típico mercado de abastos, de esos que hace no tanto había en casi cualquier barrio, pero que debido a los procesos de gentrificación que se vienen dando en los últimos años, en especial en el barrio de Malasaña, muy cercano al lugar, cada vez cuesta más encontrar. Y es que ni por asomo estamos ante el típico mercado gastro-gourmet como los de San Miguel, San Ildefonso, San Antón o Moncloa, que se encuentran a menos de media hora caminando, y que ahora está tan de moda, pero que no conserva nada del encanto del mercado tradicional. Sin duda, el de los Mostenses no es tan bonito (de hecho, no le vendría mal una pequeña reforma), ni tan limpio, ni tan elegante como estos últimos, pero por lo que hay dentro, nada tiene que envidiarles.mostenses-asadero

Como no podía ser de otra forma, la cocina chifa, mezcla de la peruana y la china, tiene su lugar en el mercado. El pequeño y tradicional Restaurante Lily ofrece una completa carta a base de platos de las dos culturas. Destaca el cebiche, el ají de gallina o la papa rellena por la parte americana y la sopa wan tun y los tallarines por la asiática. Todo riquísimo y a unos precios muy competitivos. Junto a este se encuentra el Asadero Miguel Ángel, especializado en comida ecuatoriana, donde no faltan los típicos patacones, el bolón o la sopa del encebollado.

zumeria-mostensesLo que más llama la atención cuando subes la pequeña escalera de la puerta principal y pones un pie dentro del mercado es el llamativo color de la fruta, que está por todas partes, perfectamente colocada sobre los estantes de los puestos. En la mayoría de fruterías las podrás encontrar de todo tipo, desde la más común hasta las más exóticas, provenientes de toda Sudamérica. Merece la pena destacar la Frutería Origen, donde además de puesto de venta, también preparan zumos en el momento a base de más de 40 tipos de frutas distintas, desde la manzana, pera y fresa, hasta zumos de frutas tropicales como la carambola, el litchis, la curuba, la lucuma o el tomatillo. Y todas por sólo un euro.zumeria-mercado-mostenses

A pesar de que ya no se trata del producto estrella del lugar, aún se pueden encontrar algunos puestos donde poder comprar pescado. En las barras de las más llamativas conviven peces de aquí, con especies del otro lado del charco, como las carpas o las tilapias africanas. Como no podía ser de otra forma, en los Mostenses también se encuentran varias de las típicas carnicerías y charcuterías. Pero además, destaca el puesto de casquería Luis Fortes, donde no sólo hay callos y mollejas. De hecho, el producto estrella es el corazón de ternera, perfecto para elaborar uno de los platos más típicos de la cocina peruana, los deliciosos anticuchos.

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