LAS ÚLTIMAS GOTAS DE UN DAIQUIRI

Luminoso de Daiquiri Blues en el escenario del Florida Park

Daiquiri: 3/4 de ron blanco, 1/4 de zumo de limón y una cucharadita de azúcar. Hielo, mezclar todo, y servir en copa de champán escarchada con hielo y azúcar. Blues: género musical vocal e instrumental, basado en la utilización de notas de blues y de un patrón repetitivo, que suele seguir una estructura de doce compases. Daiquiri blues: gira que Quique González cierra en Madrid mezclando en la misma coctelera un poco de salitre, unas gotas de espíritu kamikaze y unas cuantas delicatessen más.

Si mirabas a la sala Florida Park antes de la actuación no sabías muy bien qué iba a pasar ahí. Espejos, apliques dorados, cortinas de flecos, palmeras (con sus cocos y todo), una enorme lámpara de araña reinterpretada a lo siglo XX, plantas artificiales, purpurina, cuatro -ni una más ni una menos- bolas de espejo, un cartel de neón… En ese escenario lo mismo podía hacerse el más clásico de los vodeviles que una verbena «de juventud» a cargo de la orquesta Tropicana. Sin embargo, el neón era la clave: anunciaba blues. Blues con sabor a Daiquiri. Y a estas alturas de la película, ningún despistado había acudido ahí a bailar ‘La ventanita’. Era el primero de los tres conciertos con los que Quique González (Madrid, 1973) ponía fin en Madrid a una gira que durante más de un año ha dejado aroma a polvo, rock, nostalgia y Nashville por toda España. Todo junto, mezclado y fresquito, como un buen daiquiri.

Imagen del cantante madrileño Quique GonzálezLo curioso del caso es que Daiquiri Blues, el último trabajo del cantante madrileño, grabado en la Music city estadounidense bajo la producción de Brad Jones, fue un protagonista secundario en su propia fiesta de despedida. ‘Deslumbrado’ abrió el concierto, para rápidamente dar paso a temas clásicos de Quique como ‘La ciudad del viento’ o un ‘Kamikazes enamorados’ que no levantó los primeros coros de la noche (esos iban desde la primera canción), pero sí los primeros gritos. Quique González habla poco, muy poco, en sus conciertos. Él va a cantar, y mientras canta te dice cosas como «necesito un amor que no cueste trabajo para sentirme bien», «me sobran motivos, pero me faltas tú sobre la cama» o «y ahora no hay nadie que vuele en mi trazo»… ¿Quién quiere que alguien hable cuando te puede cantar eso?

Si ‘Kamikazes’ abonó el terreno, fue ‘Vidas cruzadas’ la que levantó al público para no dejarle bajar ya en ningún momento, y, haciendo gala a que la noche iba de cócteles (sí, la RAE dice que esto se escribe así), Quique supo hacer un combinado perfecto entre ‘Salitre‘, ‘Calles de Madrid’, y unas gotitas del ‘Beast of burden’ de los Rolling Stones. Y poco después, tres cuartas partes de desgarro con ‘De haberlo sabido’ y el resto de homenaje a Antonio Vega con ‘El sitio de mi recreo’. Y hecho, los que llenábamos aquella sala tan del horror vacui, que no éramos pocos, en el bolsillo de la americana negra de Quique. Y él en el nuestro, porque no hacía falta demasiada asertividad para darse cuenta de lo muchísimo que estaba disfrutando de la noche nuestro barman.

Un momento del concierto de Quique González en MadridCon ‘Miss Camiseta Mojada’ se quiso despedir, pero era muy pronto, y todos lo sabíamos. Volvió, él solo, a cantarle a ‘Adelita’ que si se fuera con otro la seguiría por tierra y por mar, y Jorge Negrete sonó al Tennessee más profundo. Ya en compañía de sus chicos, de Toni Jurado a la percusión, Jacko al bajo y contrabajo, Julián Maeso en los teclados y Mario Raya en la guitarra o mandolina, viajamos con Quique al pasado, a cuando se llevaba apedrear ‘Palomas en la quinta’. Y a aquella temporada ‘Cuando éramos reyes’. Y a ‘Los conserjes de noche’ que cuidan de los hostales. Un amago más de irse y una vuelta más, más aplaudida que la anterior, para darnos otro combinado deluxe hecho con ‘Pequeño rock & roll’ y el clásico ‘Paloma’ de Andrés Calamaro.

Solamente un tema más, para acabar con Daiquiri: ‘La luna debajo del brazo’ para que todos saliésemos de allí con una pregunta en mente: «¿Cuándo vas a venir otra vez por aquí?». La respuesta, por suerte, es contundente: «I’m coming…», nos dice Quique. Y no miente: ya ha anunciado fechas para su siguiente gira, Desbandados, con la que recorrerá en acústico salas más pequeñas por toda España, dando cabida a temas que han ido quedando fuera del Daiquiri que, gota a gota, regaló a sus fieles madrileños. Mezclado, pero no agitado, con suavidad y temple, y como la buena bebida, sin resaca alguna y con un sabor de boca inmejorable.

Si quieres escuchar el setlist completo y en orden del concierto, puedes hacerlo aquí.

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