Las voces de los vencidos, de los perdedores, de los supervivientes de la Guerra Civil española vuelven a protagonizar un libro de Almudena Grandes. Las tres bodas de Manolita (Tusquets), una novela de ficción, pero basada en hechos reales. Una mezcla de historias verdaderas, de familias rotas, de niños que pagan la pena de sus padres, de mujeres luchadoras.
La escritora vuelve a abordar, en la tercera parte de la saga Episodios de una Guerra Interminable, iniciada con Inés y la alegría y que pretende estar compuesta de seis tomos, «esa parte de nuestra historia que nos hemos empeñado en no contar», en palabras de Pepa Bueno. La periodista de la Cadena Ser acompañó, junto al historiador Julián Casanova y al escritor Eduardo Mendicutti, al que está dedicada la novela, a Almudena Grandes en la presentación del libro el pasado jueves en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Fueron muchos los que se acercaron a la sede madrileña a escuchar en boca de la autora la sinopsis de un libro «basado en tres historias reales». Grandes relata que se inspiró en primer lugar en Querido Eugenio, un libro escrito por la ya fallecida Juana Doña, en el que se relatan las «bodas» que organizaba el capellán de la cárcel de Porlier. Así llamaba a los «bis a bis» que tenían lugar entre las parejas, con presencia de los padrinos, y que costaban 200 pesetas, tabaco y un kilo de pasteles. Todos los días de la semana se celebraban cinco de estos encuentros, de los que no estaban informados los altos mandos de la prisión, y una misma pareja podía tenerlos en varias ocasiones.
En segundo lugar, la escritora se inspiró en el envío en 1940 de tres multicopistas y tres máquinas de escribir por la dirección sudamericana del Partido Comunista a España. Dos años después, las máquinas fueron incautadas por la policía sin que se hubieran podido utilizar, porque se desconocían los modelos.
Por último, Grandes partió de la historia de Isabel Perales sobre los niños esclavos del franquismo, parte central de la novela que la escritora descubrió de manera inesperada en un encuentro. Perales le narró cómo ella y su hermana fueron enviadas a dos escuelas de Bilbao una vez su madrastra fue encarcelada. Ella, de 14 años, en vez de recibir una educación, tenía que lavar, planchar y tender. «Los niños redimían la pena de sus padres, no podían salir del colegio hasta que ellos no salieran de la cárcel», explica Grandes, que lo califica de una «mostruosidad jurídica».
Las tres bodas de Manolita cuenta estas tres historias y otras tantas a través de la hermana mayor de Isabel, Manolita, protagonista y narradora de la novela, una «superviviente nata» cuyo «espíritu tira de la novela». Una chica «corriente, de clase media-baja, a la que nunca le faltó de nada, pero que, al finalizar la guerra, se queda con cuatro hermanos a su cargo». Un intento de Grandes de acabar con el falso mito de que «todos los republicanos eran pobres».
Manolita se esfuerza por salir adelante y cuando envía a sus hermanas al colegio de Bilbao, cree que lo ha conseguido y que ellas tendrán un futuro más esperanzador. En ese momento, su hermano, Antonio el Guapo, le encarga encontrarse con el preso Silverio para descubrir cómo funcionan las máquinas de escribir que ha recibido. Ella le visita en la cárcel de Porlier mediante las «bodas» antes mencionadas, y en esos encuentros, Manolita se convertirá en otra chica y Silverio en otro hombre, ambos más felices.
De esta forma, Grandes narra cómo se forma una resistencia en la cárcel, una manera particular de continuar que es «la felicidad». Una manera de decir «vosotros no nos habéis impedido ser felices».
Las tres bodas de Manolita supone un cambio de ritmo con respecto a las dos novelas anteriores de la saga, Inés y la alegría y El lector de Julio Verne. «Las dos primeras eran historias de resistencia armadas, lo que les daba velocidad y tensión. Ésta es de resitencia cívica«. El libro aborda «las personitas que andan por la calle en los documentales de los años cuarenta», relata la autora.
El resultado es una «novela coral y extensa» de 12 capítulos, de los cuales los seis primeros están narrados en primera persona por Manolita y el resto, por un personaje distinto. El objetivo de Grandes es contar «la historia de un grupo de amigos por los que pasa el siglo XX y mostrar en lo que se convierten». Todo esto permitirá a «las generaciones más jóvenes» identificar en la novela a algunos de los personajes de su alrededor y comprender cómo se han convertido en lo que ahora son, concluye.