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Las alas caídas del Ángel de Prokofiev

El Ángel de Fuego
Ausrine Stundyte encarnando a Renata

Sonó el himno Ucraniano, se afinaron los instrumentos y las llamas del Ángel iluminaron el escenario del Teatro Real. La ópera de El Ángel de Fuego del compositor Serguéi Prokófiev, ucraniano, se estrenó en 1955 en Venecia, ya muerto el creador. La censura por el contenido y la forma de la obra hizo que en vida nunca conociese su ópera estrenada.

Ocultismo, nigromancia, eretismo, el pretexto del ángel contado al revés. El centro de la historia es la relación de Renata (Ausrine Stundyte) y su agresor Ruprecht (Leigh Melrose), dos papeles muy exigentes a la hora de cantar y actuar. El papel de los intérpretes secundarios se encuentra presente continuamente, aunque la mayoría del tiempo no estén representando, buena causa de ello es la puesta escena. Una caja laberíntica en medio del escenario, llena de recovecos que esconden los deseos más deshonestos, va dando vueltas a lo largo de toda la función para darnos un escenario nuevo en cada acto. ¿Querrá Calixto Bieito hacernos partícipes de la locura de Renata?

Propuesta escénica / Foto: Javier del Real (Teatro Real)

El acierto del burgalés es completo

La orquesta está dirigida por Gustavo Gimeno que está casi impecable, claro y con autoridad. Sin embargo, se le puede atribuir un defecto, en cierto momento de la función, el sonido de la orquesta opaca la voz de los protagonistas. En ocasiones ocurre ante los ensayos generales, muchas veces los cantantes se reservan para el estreno. Respecto a la puesta en escena de Bieito, nada tiene que ver con la idea original, a pesar de esto, el acierto del burgalés es completo; el vestuario es novedoso y nos acerca al presente. Las monjas del final son sustituidas por el resto de los personajes que han estado a lo largo de la obra. El ángel es magnífico y aterrador

Las voces de los protagonistas cumplen con la exigencia de sus personajes. Stundyte soprano, cuya voz suave y aguda alcanza los requisitos que se le anteponen, su timbre delgado, quizás no destaque, pero si hay que alabar su interpretación. Respecto al barítono, Melrose, no destaca por la voz, pero si por su actuación. Al igual que su compañera.

Temas enigmáticos te mantienen fijo en tu asiento

Un ritmo trepidante, actuaciones magníficas y unos temas enigmáticos te mantienen fijo en tu asiento esperando a que rote el escenario para descubrir nuevos horrores que coronan con las llamas que acaban con la función.

Final de la obra / Foto: Javier del Real (Teatro Real)

Adrián González Sebastián

Escribo y hago fotos en Cultura Joven

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