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Julián Maeso: «Procuro hacer lo que me sale del alma»

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Multiinstrumentista y auténtico domador del órgano Hammond, ésta es una de las habituales presentaciones que se otorgan al  músico y compositor Julián Maeso (Toledo, 1976).  Así, aquel que toca de oídas, ha destacado en el panorama musical español con su participación en grupos como The Sunday Drivers, M-Clan o Quique González.

En 2012 Julián Maeso dio el paso en solitario con su primer álbum Dreams Are Gone, en el cual quedaba de manifiesto su confesada pasión por la música negra. Pero el aire melancólico e intimista ,con fuertes reminiscencias de blues, que marcaba una etapa de su vida, cambió por completo en 2014 con la presentación de su segundo CD, One Way Ticket To Saturn. Un trabajo en el que destaca la vitalidad de una música que mezcla estilos como el rock, country o jazz.

El reconocimiento y las favorables críticas hacia su trabajo no son el único sello del cantante. Julián Maeso destaca también por el enigmático ambiente que crea en sus conciertos. Tal vez por ello fue el elegido en presentar el ciclo musical Frontera Círculo Ambar, bastándole una guitarra y su voz para embaucar a los presentes. Así, el próximo 29 de abril, coincidiendo con el segundo aniversario del lanzamiento de One Way Ticket To Saturn, dará un concierto en acústico dentro del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Aprovechando la ocasión, y mientras prepara su próximo trabajo, Cultura Joven ha hablado con el cantante.

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Cultura Joven: ¿Cómo se ve después de estos dos años de viaje hacia Saturno? En teoría la gira terminó ya, pero la han prolongado.

Julián Maeso: ¿Cómo me veo? Un poco más viejo, con algo más de experiencia y bueno, evidentemente, contento por el resultado del disco y de la gira. A medida que hemos ido haciendo conciertos también ha crecido el público. Gente que sabía lo que quería escuchar y con mucho respeto en el ambiente. Entonces, tengo que estar muy agradecido a todos aquellos que  han venido a vernos y bueno, también a la banda, al estar casi dos años tocando ya estaba muy enlazada, por lo cual, ha sido muy fácil hacer los directos. ¿Qué puedo decir? Que estoy súper contento y que ojalá todos los discos vayan en esta dirección.

C.J.: ¿Ve entonces que ha conseguido ese respeto que proclamaba hace unos años hacia su música?
J.M.: Bueno lo que pretendemos muchas veces los músicos es que se nos escuche. A veces que llegues al público o no, es más una cuestión de estar un día en el momento adecuado, es decir, suerte. Otro factor es el trabajo, la constancia y contar con el apoyo de promoción, porque si no ya puedes ser Miles Davis que no te va a escuchar nadie. Sea como fuera algunas de las tres incógnitas han funcionado y hemos conseguido tener un público fiel al que le gusta la música.

C.J.: Al parecer ya están inmersos en un tercer trabajo. ¿En qué dirección va? ¿Va a marcar también un cambio?
J.M.: Bueno es un poco así, una mezcla entre copla y metal (bromea entre risas). No, no, ni lo sé aún. Para bien y para mal siempre hago bastante uso de la improvisación en mi vida. Aún no sé qué onda le voy a dar finalmente. Digamos que ahora es cuando empieza todo. Puedo hacer maquetas en casa, pero luego me gusta verlo con los músicos y que cada uno aporte también su sonido.

C.J.: ¿Lo toma como un trabajo de calma?
J.M.: Sí ,sí. Hay tiempo para tirar todo a la basura.

C.J.: ¿Mantendrá el Hammond o, después de este tiempo, ha decidido dejarlo un poco aparte?
J.M.: Siempre, antes de empezar, digo «mira no voy a usar el Hammond». Uno de los problemas que tiene es su sonido clásico, la gente lo entiende como un revival, por lo que hay que buscar la vuelta de tuerca. Lo que pasa es que es un instrumento mágico. De momento lo hemos dejado en el estudio y luego ya veremos.

C.J.: A la hora de escribir música, ¿prefiere mantenerse activo o encerrarse?
J.M.: Me gusta viajar y estar en la carretera. En realidad llevo desde diciembre en casa escribiendo, por lo cual tengo ganas de marcha. Llega un momento que necesitas que llegue el sol, que llegue la primavera y salir a la calle. Realmente las ideas van saliendo durante el año, luego te pones a matizar.

C.J.: En 2014 dijo que el toque revitalizante de One Way Ticket To Saturn se debía a que, a la hora de realizar un concierto o tocar en directo, era necesario crear unos sonidos más cañeros. ¿Surgió entonces con sentido comercial?
J.M.: Nunca busco el lado comercial. Creo que un gran problema de la música, hoy en día, es la industria musical. Al final, los músicos tienen que buscar fórmulas para vender y que las discográficas los contraten. Pasa como todo en la vida, termina siendo la venta del alma. Se acaban imponiendo una serie de pautas que… yo la verdad es que no respeto ninguna.
Procuro hacer lo que me sale del alma y si funciona, bien, y si no, pues, ahí lo llevo.

C.J.: ¿Continúa viendo la música como algo impulsivo?
J.M.: Una cosa es la música y otra el negocio. Si yo siguiese los patrones que se marcan para que la cosa funcione, con el enfoque que hay hoy en día en España, haría otra cosa.

C.J.: ¿Cómo se siente ahora mismo?, aparte de satisfecho y contento por los resultados y la acogida del disco.
J.M.: Todos los días me dan ganas de intentar cambiar un poco, algo, en nuestras vidas. Parece que a nadie le preocupa lo que está pasando. Todo el mundo está muy tranquilo y no arreglan nada. En ese aspecto me da mucha pena, me deprime bastante ver cómo está enfocada la vida para todos hoy en día.

C.J.: ¿Podría decirse que continúa queriendo tener sólo el viaje de ida a Saturno?
J.M.: Yo subo y bajo todos los días. Es como mi vía de escape, pero claro, realmente vivo aquí, la realidad está aquí.Creo que me encuentro como mucha gente hoy en día, bastante desilusionado con la pérdida de valores.

C.J.: ¿Qué expectativas tiene sobre el concierto del día 29?
J.M.: Asaltarlo con las ideas claras. Va a ser un concierto especial. Un concierto acústico en el que va a surgir algo que no imaginaréis. Tendré que emplearme mucho más, ya que no tengo una banda de cinco músicos detrás.

C.J.: ¿Lo ve como un reto?
J.M.: Sí, cada día es un reto, desde luego. Pero no me preocupa.

C.J.: Entonces, está tranquilo y sin miedo.
J.M.: El único miedo que tengo en la vida es a caer enfermo, yo o los que me rodean. ¿Lo demás?, no hay que tener miedo a nada.

C.J.: Alguna recomendación para los que vayan a verle el día 29
J.M.: Sí, que cenen bien. Que se tomen un buen vinito, algunas tapas y  que vengan con ganas de escuchar buena música y pasar un buen rato.

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Lidia Torres Torres

"La civilización es la erudición; pero la cultura es el pensamiento"
Elizabeth de Austria

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