Imposible no decir queso

Quesos del restaurante Poncelet Cheese Bar. Fuente: Web oficial del Poncelet Cheese Bar.

En este artículo me he propuesto un reto. Voy a hablaros de un divertido restaurante que, siguiendo la estela de otros espacios gastronómicos centrados en un plato o alimento concreto, ha decidido dedicar su trabajo culinario a la más que polivalente leche cuajada. Los amantes de este producto ya habrán adivinado que voy a escribir sobre el Poncelet Cheese Bar (Madrid), un local de vanguardia que se ha convertido en el templo de uno de los géneros animales más consumidos del mundo. ¿Qué cuál es mi reto? Contaros qué peculiaridades se cuecen entre sus cuatro paredes sin usar la palabra que más aparece en la carta: queso.

El espíritu contemporáneo de la decoración del Cheese Bar contrasta ingeniosamente con la ‘artesanalidad’ con la que se elabora su ingrediente principal. La barra de la entrada, los amplios sofás de su innovador salón o el mostrador del fondo en el que se manipula el producto estrella, aparecen custodiados por imágenes de los seres vivos que fabrican la blanca materia tan necesaria para nuestros huesos: ovejas, vacas, cabras, búfalas… todas ellas dan fe de las 146 variedades de cheese que se pueden degustar.

Quesos del restaurante Poncelet Cheese Bar. Fuente: Web oficial del Poncelet Cheese Bar.

El modo de disfrute es igual de extenso que su tipología y siempre incluye el componente culinario que da nombre al bar (aunque algunos de sus platos se pueden pedir sin él, por si te sientes saturado con tanto alimento enriquecido en calcio). Son más que recomendables su Selección de Croquetas (11’40 €), su Coca de Mozzarella (11’20€) o sus Bombas Picantes Afuega’l Pitu (10’80 €), sin pasar por alto las completas tablas del elemento gastronómico ‘cuyo nombre no recuerdo’, formadas por un heterogéneo surtido y con las que te regalan una exhaustiva explicación, cortesía del camarero.  

Y si aún así no has visto saciada tu pasión por el compuesto nutricional favorito de los ratones puedes seguir saboreándolo en postres tan tradicionales como el Arroz con leche (6 €) o la tarta Cheesecake (6 €). En mi caso, opté por prescindir del requeté-utilizado complemento en la parte final de la cena y probé un placentero Fluido de chocolate (6 €), cuyo título es la mejor descripción del intenso regocijo que el dulce provoca en el paladar.

La propuesta del Cheese Bar, que abrió sus puertas en 2010, no sólo resulta atractiva para los entusiastas del perfecto compañero del pan en la época de Don Quijote, sino para todos aquellos que les apetezca descubrir la versatilidad del sustento rico en proteínas. Un lugar en el que te será imposible no decir queso (¡Oops, perdí el reto!).

 

Dirección: Calle José Abascal, 61 (Madrid)

Teléfono: 913 992 550

Precio medio: 30-35 €

 

Imágenes extraídas de la web oficial del Poncelet Cheese Bar.

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