Marta Rivera de la Cruz: “La amistad entre un hombre y una mujer es un fenómeno relativamente nuevo”

Tanto el cine como la literatura están repletos de historias en las que los protagonistas se atraen de alguna manera y que acaban, como no, en un apasionado encuentro en el que dan rienda suelta a la tensión sexual contenida. Pero ¿qué pasaría si esta tensión sexual no existiera? ¿y si su relación fuese solo amistosa? En definitiva, ¿pueden un hombre y una mujer ser sólo amigos? Marta Rivera de la Cruz lo tiene clarísimo, “es difícil, pero es posible”. Así lo refleja en su última novela La vida después. Esta escritora y periodista gallega quiso contar una historia “sin un final amoroso”, en la que quedase claro, desde la primera hasta la última página, que los personajes principales de la novela, Victoria y Jan, “son amigos y nada más que amigos”.

Un fallecimiento desencadena el relato. El universo de Victoria, que disfruta de una acomodada vida en Nueva York al lado de su millonario y arrogante marido, se ve alterado tras conocer la muerte de su mejor amigo, Jan. Una vez en Madrid, donde se celebra el funeral, Victoria tendrá que lidiar con las otras cuatro mujeres unidas, de alguna manera, al recién fallecido: su hija Solange; su mujer Marga; Shirley, suegra de Jan; y Chloe, madre de Solange. Todas ellas recelosas de Victoria e incrédulas ante su cuestionable relación de fraternal amistad con Jan.

Al igual que las mujeres de La vida después, la gente se suele mostrar poco crédula ante la camaradería entre personas del sexo opuesto. El tema no deja indiferente a nadie, “todo el mundo entra al trapo”, comenta la autora. Es “un fenómeno relativamente nuevo” puesto que hace 40 años las relaciones entre un hombre o una mujer eran “familiares o sexuales”. Todo esto fue cambiando en las últimas décadas y cree que “dentro de 50 años esa pregunta ni si quiera se hará”.

La conocida como la novelista de las cosas pequeñas afirma que en sus novelas «los grandes temas están contados a través de cosas muy cotidianas». Se narran situaciones «que podían estar sucediendo en la puerta de al lado». En La vida después así lo refleja. Teniendo como trasfondo la amistad anteriormente citada, encontramos problemas cercanos que nos remueven por dentro. Las envidias, los problemas afectivos y la soledad van aflorando a lo largo de esta odisea cotidiana en la que Victoria se va a ir replanteando su vida y su propia felicidad.

Finalista del premio Planeta de Novela en 2006 con En tiempo de prodigios, Marta Rivera de la Cruz afirma que a la hora de escribir no busca transmitir grandes mensajes, su principal objetivo es conseguir que el lector “se lo pase bien”. En sus creaciones bebe de dos fuentes indispensables. Por un lado, de la literatura,  “García Márquez, Álvaro Mutis o Juan Rulfo influyeron más al principio” ahora “estoy centrada en lecturas de autores anglosajones”. De entre estos últimos no duda en destacar a escritores ingleses como Ian McEwan y americanos como David Leavitt, “uno de mis favoritos”, apunta. Por otro lado, del cine, al que reivindica como “un elemento cultural” que, al igual que la lectura, “te obliga a imaginarte cosas, a ir más allá” y con el que afirma tener “deudas” que va “intentando pagar” usándolas “en los personajes” y “en los argumentos” de sus libros. La vida después, no podía ser menos, en la novela abundan las referencias cinematográficas y, también, las sorpresas. La escritora se da el gusto de rendir todo un homenaje al cine clásico a través de un personaje real, el de la señorita Greta Lovissa Gustaffson, la mismísima Greta Garbo. “La divina” se nos presenta en los años previos a su estrellato, cuando trabajaba como vendedora en unos grandes almacenes de Estocolmo. Su presencia aporta un toque de glamour, además de jugar un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos. “La escogí porque es el paradigma de la estrella”, una mujer “muy particular, muy suya, muy extraña…es un icono”.

Colaboradora del programa La Linterna de la COPE y de la tertulia política de Las Mañana de Cuatro, la novelista lucense tiene muchos proyectos que le rondan la cabeza, pero ninguno cerrado todavía. Por el momento, la promoción de La vida después continúa. La Editorial Planeta ya prepara la tercera edición de una novela en la que se supera con creces la estereotipada idea de que entre hombres y mujeres siempre deben saltar chispas.

                                              

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