Entre lienzo y lienzo, pescaíto

giacometti

A ver, pensemos. Ya sabemos que “en provincias” hay movimiento cultural, en mayor o menor medida, igual que en las grandes capitales, bastante poco conocido a veces. No es que Málaga sea especialmente pequeña, casi 600.000 habitantes, pero no suele ser su actividad cultural lo que más atrae a sus visitantes. Aquí los guiris y demás turistas vienen a disfrutar de su sol, su playa y fiesta cervecera y sangría. En un intento más o menos afortunado se ha intentado cambiar la idea que se tiene de la ciudad. De unos años para acá se han abierto algunos grandes museos (una “delegación” de la Fundación Thyssen con parte de la colección personal de la baronesa, el Centro de Arte Contemporáneo, el Museo Municipal, etc.), se ha reformado el Teatro Echegaray para dar cabida a una mayor actividad teatral en la ciudad, el Festival de Cine Español ha situado a la capital de la Costa del Sol en las agendas cinematográficas del país, etc.

 

Pero el ser la cuna de Pablo Picasso, uno de los pintores españoles más importantes de la historia del arte, se ha convertido en uno de los mayores activos de la ciudad. Queda poco para el décimo aniversario del buque insignia del amago de cambio de imagen. En octubre de 2003 se terminó la reforma del Palacio de Buenavista, en plena judería de la ciudad y a escasos metros de la Plaza de la Merced donde nació el pintor, y se hizo realidad el proyecto que ya imaginaron el propio Picasso y Juan Temboury cincuenta años antes: el Museo Picasso Málaga.

museo picasso

Las obras que reúne la colección Museo Picasso Málaga abarcan las innovaciones revolucionarias de Picasso, así como su recorrido por diferentes estilos materiales y técnicas que dominó. Desde sus estudios académicos iniciales a su visión personal del clasicismo, pasando por los planos superpuestos del cubismo y su investigación con la cerámica, así como su interpretación de los grandes maestros o las últimas pinturas de los setenta. También recoge muestras temporales que reúnen a distintos artistas que compartieron formación y corrientes artística con el malagueño. Ahora expone 198 obras que suponen la primera retrospectiva de Alberto Giacometti que se realiza en España en más de 20 años. Veinte fotografías y 166 obras provenientes  de la Fundación Alberto y Annette Giacometti (París). Completan el conjunto tres obras de Giacometti  facilitadas por colecciones privadas y la Kunsthaus de Zurich, además de una selección de ocho obras de Pablo Picasso provenientes de colecciones privadas, de la propia colección del Museo Picasso malacitano y de la Fundación Picasso Casa Natal.

La muestra reflexiona sobre el trabajo de este artista que coincidió en París con Picasso, aunque el artista suizo pertenecía a una generación posterior. A pesar de las indiscutibles diferencias estéticas y de intereses vitales y filosóficos que definen el trabajo y el estilo de ambos, es posible revelar algunas coincidencias en el camino de los dos genios, como su formación académica o el traslado a París en su juventud desde países periféricos al centro artístico de la época.

Parecía que sólo la lluvia bilbaína podía llamar para hacer turismo cultural de museos, ahora hay más opciones. Exposiciones que dan una pátina de alta cultura a una tierra a la que le costaba salir de la imagen de Esteso y Pajares y el destape. Las suecas siguen viniendo, pero quizás ya no sólo buscan el sol y el turismo de masas. Puede que les interese otro tipo de macho hispano. Al menos Málaga lo intenta.

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