Desde el pasado 11 de diciembre y hasta el próximo 19 de febrero, la reconfortante sala del Teatro Lara, donde todas las emociones se concentran debido a su limitado espacio, acoge Las leyes de la relatividad aplicadas a las relaciones sexuales, donde se mezclan los miedos y los sueños, la realidad más pura con la ficción. Una obra con un angustioso inicio y con un plácido final, una propuesta independiente y de calidad como todas las que se presentan en este recinto.
La obra se ha cocinado a fuego lento, y como es habitual en las propuestas de Ramón Paso, el director de la obra, tanto el montaje como la puesta en escena y la interpretación corre a cargo de su compañía Azorín Teatro, con sus habituales actrices fetiche Inés Kerzán, Ana Azorín y Ángela Peirat, junto a Elisa Pelayo, Paula Reyes y Andrea Garriga, incorporando en esta ocasión, la novedad de un personaje masculino.
Las leyes de la relatividad aplicadas a las relaciones sexuales se representa en el Teatro Lara de Madrid los martes a las 22:15 horas. Esta tragicomedia de humor negro y sexual tiene como base cuatro historias urbanas que se mezclan abordando temas tan humanos como la infidelidad, la muerte, el amor, la soledad o los homicidios bienintencionados de carácter erótico. Siete personajes se entrecruzan a lo largo de estas historias durante una hora y media de comedia y ternura.
Una mujer que habla con la esposa del hombre al que mató en mitad de un acto sexual de desesperada pasión; un chico incapaz de perder la virginidad a pesar de las múltiples ocasiones que se le plantean, o, tal vez, incapaz por eso, porque se le plantean demasiadas ocasiones; la venta de un ataúd en un mal momento; y una ladrona de móviles conforman el disparo de salida de la obra, que se va desarrollando de una forma muy correcta.
La compañía Azorín Teatro logra crear una obra muy reconocible, en la que destacan el guion de Paso, que cuenta con ciertas dosis de crítica social y mucho humor negro, así como las interpretaciones de Ana Azorín, Elisa Pelayo, Inés Kerzán y Ángela Peirat. Las obras de esta compañía están escritas para que sus palabras sean verbalizadas por mujeres, aprovechando así el potencial y el contraste que adquieren palabras y actos de gran dureza.
Al principio del espectáculo, el espectador encontrará un entramado de historias sin una conexión aparente. Al final, todo este solape de escenas encaja y su resultado es muy bueno.
La obra no se anda con rodeos ya que, desde el primer momento, muestra al espectador lo que ha venido a ver: sexo, humor, violencia y diálogos con mucho ingenio. Es muy original su propuesta, ya que enseña historias de forma simultánea en escena sin llegar a coincidir, solapándose entre ellas.
En Las leyes de la relatividad aplicadas a las relaciones sexuales, el sexo tiene un gran protagonismo, pero no solo el acto sexual (que también e incluso de forma muy explícita) sino todas aquellas relaciones que transitan alrededor del deseo sexual.
La construcción de sus personajes es genial, agobiados por no encontrar su lugar en el mundo. Cada uno de ellos está detallado y creado con mucha delicadeza y con un elemento que les hace especiales y que estén cargados de pasión. Tampoco podían faltar sexo, drogas, adulterio, robos y asesinatos, tocando una gran cantidad de temas y que convierten al espectáculo en un plan muy interesante para un martes por la noche.