Directores de Goya: Isabel Coixet

Isabel Coixet.
Isabel Coixet.
Isabel Coixet.
Isabel Coixet.

El 2017, en el cine, será recordado como el año de la mujer, aunque, desafortunadamente, no por su producción a la industria. Tristemente, será rememorado como el año en el que el sexo femenino -y el resto de las personas sensatas que pertenecen al mundo de la interpretación- enarboló la bandera de la protesta contra unos sucesos que no merecen la pena nombrar y que todos conocemos. Ojalá llegue pronto ese día en el que las reivindicaciones puedan dejarse a un lado y la mujer sea protagonista por sus propios hechos y no por, como si de un objeto se tratase, lo que hagan con ella. Cuando se la deje de valorar por su edad y su físico y solo se tengan en cuenta sus capacidades y su profesionalidad. Cuando la igualdad salarial justificada se haga realidad. Entonces, la normalización será el verdadero triunfo, y no ningún otro premio. Mientras tanto, solo queda remar y remar.

Si en el cine español existe una mujer referente e inspiradora por su trabajo es Isabel Coixet. El prestigio de esta directora catalana hace tiempo que ha traspasado fronteras. Es la cineasta española más internacional. Con ella han trabajado actrices como Sarah Polley, Penélope Cruz, Patricia Clarkson, Juliette Binoche o Emily Mortimer, y actores como Mark Ruffalo, Tim Robbins o Ben Kingsley.

En noviembre del año pasado regresó a las carteleras con La librería, un relato basado en la novela homónima de Penelope Fitzgerald, por la que es candidata al premio Goya a mejor director y a otras once categorías, solo por detrás de Handia con trece, en la gala que se celebra el 3 de febrero. Un film avalado por la Feria de Francfort como mejor adaptación literaria y que este enero se ha hecho, de forma compartida con El autor, con el galardón a mejor película en los premios Forqué.

A lo largo de su extensa carrera, pues ya ha dirigido 22 películas y otros tantos documentales, ha cosechado cinco Goyas. El primero, en 2003, a mejor guion adaptado por Mi vida sin mí. Los tres siguientes llegaron juntos, en 2005, con La vida secreta de las palabras, a mejor película, director y guion original. Y el último, en 2012, en este caso, a mejor película documental, con Escuchando al juez Garzón.

Después de un inicio titubeante con Mira y verás, en 1984, su primera película, llegó, en 1988, Demasiado viejo para morir joven, con la que fue pretendiente al Goya a mejor director novel. Entonces, ya dejó entrever un potencial artístico que corroboró con Cosas que nunca te dije (1996), Mi vida sin mí (2003) o La vida secreta de las palabras (2005). Desde entonces, pasando por Elegy (2008) o Aprendiendo a conducir (2014), hasta Nadie quiere la noche (2015) y La librería (2017), sus dos últimos largometrajes de ficción, Coixet ha sabido abordar como nadie el universo femenino de manera sutil y ha demostrado que uno de sus puntos fuertes en la dirección es dotar a cada película una atmósfera cautivante, arrolladora, idónea para la historia que está contando.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.