//

Cuando el Barroco y el flamenco encontraron su Paraíso

'Paraíso Perdido', Fahmi Alqhai y Patricia Guerrero
'Paraíso Perdido', Fahmi Alqhai y Patricia Guerrero © Manuel Gamarra

«Patricia bailó… y Roma enloqueció». Así presentaba Juan Ángel Vela del Campo, periodista, ensayista y crítico musical, el arte de la bailaora Patricia Guerrero, la joven y elegante granadina Premio Nacional de Danza en 2021 que, tímidamente, se dejaba alagar en el otro extremo del sofá. A su lado, el internacionalmente reconocido intérprete de viola da gamba Fahmi Alqhai confirmaba sus palabras. El 10 de febrero, reunidos bajo los focos del Auditorio Nacional de Música de Madrid, los tres profesionales —y amigos— presentaron Paraíso Perdido, un concierto protagonizado por Alqhai y Guerrero que tuvo lugar el 11 de febrero de 2022 en la Sala de Cámara del Auditorio.

Presentación de 'Paraíso Perdido' con Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai
Presentación de ‘Paraíso Perdido’ con Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai © Manuel Gamarra

La premisa era complicada, pero Fahmi Alqhai lo tenía claro. Considerado uno de los mayores renovadores de la música antigua por su concepción arriesgada y personal de los repertorios históricos, el músico de origen sevillano inició el coloquio introduciendo la semilla sobre la que surgió Paraíso Perdido. Con un repaso por la historia musical y la creación de la identidad española en el siglo XVI, habló de la unión de la cultura nacional con la de los esclavos negros e indios americanos que propició el surgimiento de las zarabandas, las canarias y las chaconas (¡Ay, las chaconas!) que llenaron el Auditorio de armonías la noche del 11 de febrero.

«Sin embargo, todo ese fuego que generó el conocido como ‘arte español’ perdió su carácter de danza a finales del siglo XVII y se convirtió en un elemento puramente poético-musical». Desde entonces, las piezas escritas durante aquellos siglos fueron interpretadas para ser escuchadas, no para ser bailadas. Pero Alqhai quería cambiar esa situación y presentar al público una visión diferente de esas músicas que crearon la identidad española y, para ello, siempre tuvo a una única bailaora en mente. «Hacía tiempo que quería trabajar con Patricia de manera más cercana, sin tanto ruido», afirmó Alqhai. «Paraíso Perdido busca recuperar ese elemento de la danza; concretamente, de la danza de Patricia Guerrero».

Fahmi Alqhai
Fahmi Alqhai © Web oficial de Fahmi Alqhai

Ambos artistas habían coincidido en proyectos anteriores como Las idas y las vueltas, pero siempre rodeados de otros profesionales. Por ello, el espectáculo, estrenado en la Bienal de Flamenco de Sevilla de 2020, nació con una intención intimista y minimalista pero, sobre todo, con la idea de que la bailaora hiciera brillar «esa manera que tiene de entender el flamenco». Una innovadora oportunidad para la joven granadina, quien aseguró que introducir baile en la arquitectura musical clásica había sido todo un reto. «No es música, no es baile, es un trance». Un estado superior que le hacía llegar al estreno con una sensación diferente a sus espectáculos de flamenco. «Siento una gran responsabilidad», admitió humildemente.

La bailaora, que afirmó haber tenido una relación con las creaciones clásicas desde muy joven, explicó que el concierto elevaba ese concepto a otro lugar. «Ya no es tocar y bailar, es otra cosa». Pero sigue siendo flamenco. «El flamenco es una expresión, hago flamenco a través de mi cuerpo, no sé hacer otra cosa», afirmó Guerrero, a lo que el violagambista quiso añadir: «la pureza no existe, los artistas respetamos menos nuestros dogmas que los que opinan sobre nosotros. Detrás de la pureza muchas veces hay un motivo comercial o un ‘no saber’».

Patricia Guerrero
Patricia Guerrero © Web oficial de Patricia Guerrero

Un encuentro entre dos personas

En el escenario, una silla y cuatro maniquís. Silencio. Patricia Guerrero vestida de largo. Al fondo, Sara de Molina, actriz. Fahmi Alqhai toca los acordes de las creaciones de Gaspar Sanz (1640-1710) y comienza el concierto con los primeros pasos de baile de la bailaora que, ayudada por su compañera de escenario en los cambios de vestuario, hipnotiza a la audiencia durante los 70 minutos de espectáculo. En medio del trance, Guerrero pasa de la alegría a la furia, del dolor al éxtasis, de la mayor delicadeza a la absoluta brutalidad. Un diálogo entre el baile y la música, entre el flamenco y la viola da gamba, entre Guerrero y Alqhai.

Patricia Guerrero
Patricia Guerrero © Web oficial de Patricia Guerrero

Desde Monsieur de Sainte-Colombe (ca. 1640-ca. 1700), pasando por Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704), hasta Santiago de Murcia (1673-1739), el repertorio escogido por el músico sevillano es un viaje por la historia del siglo XVII. El flamenco acompaña a la música, y la música acompaña al flamenco. «Nada está al servicio de nada, es un encuentro entre dos personas». Y, para hilar los temas, los pecados capitales. «Pensé en lo que ocurría en el Barroco; una época sucia y viciosa. Era un mundo muy pecaminoso», contó Guerrero. Y así lo demuestran sus movimientos sobre el escenario.

Cada creación un pecado, un viaje finalizado con la representación de la avaricia humana a través de la Chaconne, de la Partita para violín nº 2 en re menor, de J. S. Bach (1685-1750). «Es una obra arquitectónica perfecta», aseguró Guerrero durante el coloquio. «Es una obra cumbre —añadió Alqhai—. Es exquisita en lo melódico y lo armónico. Es una obra sublime». Quince minutos de éxtasis, de delicadeza y perfección por parte de los intérpretes, que ponen fin a un recorrido por los pecados de la humanidad al servicio de la música y la danza. El 11 de febrero, Patricia bailó, Fahmi tocó… y Madrid enloqueció.

Paraíso Perdido, Fahmi Alqhai y Patricia Guerrero

El espectáculo volverá a ser presentado bajo el título de Fragmentos de Paraíso en el festival Ellas Crean, celebrado en el Museo del Prado, el 6 de marzo de 2022.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.