Bastille hace vibrar el WiZink Center de Madrid

Bastille, grupo de música británico
Bastille
Bastille

El grupo británico Bastille desplegó, el pasado sábado en el WiZink Center de Madrid, todo el universo distópico que ha creado alrededor de Wild World, su último álbum.

La banda jugó con las pantallas del escenario para retransmitir a un desagradable presentador de una ficticia agencia de noticias llamada WWWCOMMS. Este espectáculo audiovisual buscaba imbuir a los espectadores el sentimiento de huída y la fascinación de la condición humana que trasladan las canciones de su último trabajo. Dan Smith, la voz del grupo, explicó en una entrevista que con ese segundo disco pretenden transmitir «que el mundo que te rodea tenga sentido, tanto por tu visión de éste, como por cómo es presentado por los medios».

Las luces, los ruidos y la música formaron parte de un concierto en el que el público se entregó con cada una de las canciones. “El mundo puede parecer un lugar jodido”, confesó Dan. “Pero la gente puede ser maravillosa. Las relaciones que eliges tener son el mayor solaz. Son la sal de la vida”. Así es Wild World, un álbum compuesto por catorce temas que hacen reflexionar al oyente.

 

Es cierto que no cuentan con la espectacularidad de otros grupos que convierten los conciertos en auténticas exhibiciones fastuosas, pero no lo necesitan. Un vocalista con magia en sus cuerdas vocales y unos ritmos complejos y adictivos son suficientes para hacer vibrar a cientos de personas.

La banda ya había pisado España en cuatro ocasiones para compartir su música en distintos festivales, pero esta era la primera vez que lo hacían con un concierto propio. Su éxito se debe, en parte, a esas letras que escapan del amor, un tema muy manido, para hablar de la cotidianidad, amplificando los matices dramáticos de las canciones. Son textos más humanos que buscan reforzar algunos sentimientos y rehuir otros.

La particular voz de Dan brilla por sí sola. Solo hay que escuchar el acústico de Pompeii para ver cómo rasga sus cuerdas vocales para crear sonidos rotos que llenan de matices la canción. Sin embargo, Bastille, lejos de decaer ante un micrófono abierto, se vuelve sublime cuando sube a un escenario. Es de esos grupos que, tras verlos sobre el escenario, lo grabado ya no es tan especial porque su música parece pensaba para oírse en directo.

 

 

El aforo gritó eufórico cuando el cantante y compositor de la banda se aventuró a decir algunas palabras en español. El londinense bajó del escenario para sumergirse en la masa de personas que cantaban con él y alzarse sobre la segunda plataforma algo más alejada. Un gesto bien acogido por los que no tenían la suerte de estar en las primeras filas.

Dan Smith no solo se entregó a sus fans, sino que también jugó con las posibilidades del WiZink Center, subiendo a las gradas para cantar, desde allí, uno de sus singles. El grupo británico se guardó para el final dos de sus mejores canciones: Icarus y Pompeii. Los asistentes gritaron y corearon con vehemencia durante los últimos minutos del concierto, sabiendo que habían sido testigos de una noche épica e irrepetible.

Cristina García

Siempre he tenido mis monstruos, aunque nunca fueron a verme. Simplemente convivían conmigo. Y empecé a escribir para intentar aplacarlos. Aquello se convirtió en hábito cuando descubrí que con las letras podía mantenerlos encerrados. Así que construí mundos enteros. Después llegó el periodismo y, con él, el amor por la cultura.

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