Catalá-Roca: el retrato neorrealista de la posguerra

'Limpiabotas en la Gran Vía de Barcelona', de Francesc Catalá-Roca
'Limpiabotas en la Gran Vía de Barcelona', de Francesc Catalá-Roca

El Museo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando acoge ‘La mirada sabia’, una muestra que aúna algunas de las fotografías humanistas con las que el autor captó el costumbrismo de la sociedad española durante los años 50 y 60

«Pena, penita, pena», reza un cartel pegado a un gran poste ubicado en plena Gran Vía de Barcelona. Lola Flores, ataviada de un sensual vestido negro palabra de honor, observa con expresión de angustia e incertidumbre un horizonte ficticio, encerrada entre los marcos del póster que anuncia su próxima película. Apoyado sobre el fino papel y ajeno a ese dolor, un hombre de pelo engominado contempla, con el ceño igual de fruncido que la cantante andaluza, otro horizonte. Esta vez real. En su cabeza quizá fluyan miles de pensamientos, pero a sus pies un limpiabotas se esfuerza en frotar con un pequeño cepillo sus zapatos de cuero, mientras que, a su espalda, otro lustrador completa la escena con las manos vacías y los ojos tristes anhelando trabajo.

Francesc Catalá-Roca (Valls, 1922-Barcelona, 1998) captó esta enigmática fotografía en 1950, ahora expuesta como parte de la exposición La mirada sabia en el Museo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Por el centenario de su nacimiento, el centro artístico ha dedicado su sala fotográfica a la obra documental de este autor, considerado como «el gran maestro de su generación». La muestra, compuesta por una quincena de imágenes elaboradas entre los años 50 y 60 en diferentes ciudades de España, refleja a la perfección la visión única del autor en su afán por plasmar la realidad costumbrista de la sociedad de posguerra. Un neorrealismo que aúna con creatividad, humor crítico y humanidad la dualidad característica de la idiosincrasia española.

Contradicciones

'Barcelona, publicidad y polícia a caballo', de Francesc Catalá-Roca
‘Barcelona, publicidad y polícia a caballo’, de Francesc Catalá-Roca

Puede verse con claridad en piezas como El piropo, en la que conviven en un mismo encuadre un joven que examina sin cortarse a dos amigas que cruzan la calle y un trío cómico de sacerdotes en sotana conversando con un guardia civil. También en Publicidad y policía a caballo, en donde se establece un diálogo absurdo e irreal entre el bebé de un anuncio de polvos higiénicos y un agente que patrulla la zona montado en su equino. De una forma única e inolvidable, el fotógrafo catalán buscaba retratar la realidad de su época, con sus virtudes y contradicciones.

Enfocarse en los detalles era, por tanto, crucial en su trabajo. Los contrastes en sus fotografías, potenciados por puntos de vista originales, juegos de luces y sombras y concentración casual de motivos contrarios en un mismo espacio, son parte de una identidad artística que le hizo distinguirse como uno de los grandes referentes de su generación y comparado más tarde con sus contemporáneos internacionales, como Robert Doisneau (Francia), Mario de Biasi (Italia) o Robert Frank (Estados Unidos).

A pesar de todo, el autor jamás se consideró a sí mismo como un artista y prefería utilizar el término de profesional. Sin embargo, es indudable que poseía un don para capturar con su cámara la realidad patente desde un interesante prisma estético que pudo desarrollarse en su niñez, en el taller de su padre, Peré Catalá i Pic, uno de los mayores referentes de la fotografía de vanguardia que se gestó en el periodo anterior al estallido de la Guerra Civil. Aunque su estilo (cercano al movimiento surrealista de Man Ray), distó mucho del que después desarrollaría su hijo, sin duda alguna impregnó en él una conciencia poética-visual que se vería reflejada en los resultados tras los clicks.

'Positivo y negrativo', de Francesc Catalá Roca
‘Positivo y negrativo’, de Francesc Catalá Roca

Catalá-Roca sintió interés por el desarrollo artístico innovador que se gestó en Cataluña durante esos años y mantuvo contacto y amistades con numerosos artistas como Salvador Dalí, Joan Miró, Antoni Tápies o Eduardo Chillida (a los que además retrató múltiples veces y con los que colaboró para ilustrar algunos de sus libros de arte). Sin embargo, en su trayectoria destacan, sobre todo, sus trabajos en diferentes medios de comunicación (Destino, La Gaceta Ilustrada, La Vanguardia…), en consonancia con su afán por enfocarse en una visión fotoperiodística de la vida.

La muestra, que expone hasta el 9 de julio la Academia de San Fernando, sirve como cápsula del tiempo y como prueba fidedigna del indudable talento de este autor. Las entradas para visitarla (como parte de la visita a la exposición permanente del museo) pueden adquirirse en la web de la institución cultural.

Visitante de la exposición fotográfica de Francesc Catalá-Roca, en el Museo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando
Visitante de la exposición fotográfica de Francesc Catalá-Roca, en el Museo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando

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