Muchos pensarán que el pasado 14 de febrero, día de San Valentín, fue el día más romántico del año, y no se equivocan, sin embargo, lo que no saben, es que este año, lo romántico no sólo duró un día sino un fin de semana entero.
Y es que Madrid se volvió a convertir, por cuarto año consecutivo, en la capital mundial de la bachata. La IV edición del World Bachata Masters volvió a ser todo un éxito, tantísimo, que todavía le cuesta creer, incluso, a su propio organizador y creador, Pablo Vilches.
Más de 12.500 personas de más de 60 países acudieron a la cita en el Hotel Auditorium de Madrid, hotel que por cierto, acoge, desde 2012 la gala de los premios Goya. Sus 15.500 m2 y su auditorio con un aforo para 2.500 personas, hacen de él un escenario perfecto para la celebración de este gran evento. Y es que, a pesar de ser el hotel más grande de Europa, sigue llenándose hasta la bandera cada vez que un ritmo latino llega hasta sus salones.
Durante tres días la bachata fue la protagonista, pero no la única. Sus hermanas la Kizomba y la salsa no dejaron de sonar en las salas de baile, en las que cientos de bailarines demostraban en cada canción que estaban allí por algo: por el amor a ese ritmo, el esfuerzo de muchos años o, simplemente, haberlo elegido como forma de vida.
Mientras la noche era tiempo de no parar de bailar (hay incluso una sala “non stop” donde la salsa no cesa ni un minuto durante los tres días), las mañanas lo eran de aprender de los mejores. Estos talleres se impartían todos los días de 11 a 14 con los mejores nombres a nivel mundial y suponen, sin duda, una de las guindas preferidas de los asistentes. “El viernes habría unas 700 personas en una misma sala en un mismo taller”, confiesa Anabel Poveda, la responsable de comunicación del evento.
Después de que el viernes se eligiera al equipo ganador de “World Bachata Masters Team 2015”, la noche del sábado tocaba elegir a los campeones mundiales por parejas. Antes de que los participantes mostraran al jurado y a todos los presentes la coreografía que habían preparado y ensayado durante muchos meses antes, se realizó una ronda donde la improvisación fue lo más importante. Al salir al escenario, uno de ellos debía elegir un sobre al azar en el que se indicaba la canción que iban a defender. Lejos de que los nervios tomaran las riendas, todas las parejas bailaron, como si fuera suya la canción seleccionada (todas ellas de la categoría de bachata romántica y bachata dominicana). Y pasada esta primera ronda, los concursantes ya pudieron dejar la improvisación a un lado para mostrar al jurado sus creaciones. Comenzaba el verdadero espectáculo.
Por su originalidad, su riesgo, su técnica, su gracia, su sabor y su cuidada puesta en escena, la alicantina Alba Sánchez y el colombiano Ronald Castro se alzaron como ganadores por partida triple: primer premio del jurado, primer premio del público y primer premio en la categoría de equipos del día anterior. Recogieron todos los galardones muy agradecidos y emocionados, especialmente Alba que no pudo esconder las lágrimas, quizá porque el año pasado, después de largos meses de ensayos, días antes de la competición sufrió una grave lesión en el pie, lo que le impidió salir al escenario. Puede que hayan sido las ganas acumuladas de competir las que hayan dado a la pareja esta merecida victoria. (Aquí podéis ver el vídeo de su actuación)
Los argentinos Gabriel Salgado y Leticia Beltrán consiguieron el segundo puesto y los españoles Sergio Domínguez y Ana Roldán, el tercero y el segundo premio del público.
Un año más, Madrid ha dejado su vertiginoso ritmo a un lado, para hacer un parón en el Hotel Auditorium y bailar, con los mejores, al ritmo más sensual, sugerente y romántico de República Dominicana.