Al fallecer su mejor amiga, Claire cae en una profunda depresión, pero un sorprendente descubrimiento en torno al marido de la amiga le devolverá las ganas de vivir.
Con una sinopsis tan escueta e intrigante como esta -el tráiler es mucho menos sutil y ya desvela la primera sorpresa del film- , un prolífico director como François Ozon, responsable de las más que notables En la casa (2012) o Joven y bonita (2013), y con Romain Duris como protagonista tenía que dar como resultado una película cuanto menos interesante.
Una nueva amiga es una comedia dramática con ciertos toques de intriga sobre la mujer, la identidad sexual y la muerte. Y es que si por algo se caracteriza el director francés es por mostrar en sus películas temas complicados, prejuicios y tabús generalmente sexuales, que provocan debate entre los espectadores.
Por ello no faltan en este largometraje las mentiras, los fetiches, las fantasías y los sueños eróticos, aunque esta es sobre todo una historia de amor. Un amor distinto, prohibido; al más puro estilo Almodóvar.
La elección del reparto es uno de los puntos fuertes de la película: Los gestos de Romain Duris y las miradas de Anaïs Demoustier transmiten mucho más que sus palabras. Además, la química entre ellos es natural y necesaria en una historia como esta. Tan sexual como tierna.
François Ozon ha creado una cinta divertida y optimista pero sobre todo fiel a su estilo. Si bien no se encuentra entre lo más destacado de su filmografía, tiene algo que atrapa. Quizá sea esa atmósfera atemporal que recuerda a los cuentos de hadas, o esa canción (Une femme avec toi de Nicole Croisille) que resume la película a la perfección, o esa fe en el amor a pesar de las diferencias.
