¿Te apetece un postre pero no tienes ganas de bajar hasta la pastelería más cercana, o prefieres una pizza artesana recién sacada del horno? En casa tú mismo lo puedes hacer de una forma muy sencilla. Una impresora novedosa, similar de formato a las que estamos acostumbrados a ver para imprimir nuestros trabajos, pero con un cambio importante, introducir nuestros alimentos convencionales para poder imprimir en vez de fotos, o el temario que hay que estudiar para el próximo examen, una pizza, o unas galletas.
Hace años esto sería impensable, pero en la actualidad con una impresora 3D es algo real. Una impresora que funciona bajo cápsulas de acero, pero en vez de tinta, son de masa para hacer un pastel, y de por ejemplo, chocolate para recubrirlo, y que funciona por capas. Cada capa realiza un proceso de la receta hasta el final. Un hecho que da hambre solo con pensarlo. Este método incluso es tan moderno que podría programarse para que se haga solo, sin que estés en casa, aunque este paso aún está en proceso de estudio para que en un futuro pueda lograrse.
Este servicio sería ideal para todos aquellos que tienen la agenda completa y no tienen tiempo para cocinar. Una novedad que está siendo investigada y en pleno desarrollo, dando lugar al proyecto llamado impresoras en 3D Foodini. Un invento de origen español, que surgió en Barcelona, en la empresa Natural Machines y que está pensado exclusivamente para generar comida de todo tipo.
Este artilugio se puede conseguir, si el pasado marzo hizo su pedido a través de la web crowdfunding Kickstarter, empresa por la cual se intentan financiar, hasta lograr alcanzar la meta de 100.000 dólares. Nueve jóvenes ingenieros emprendedores, y una experta en tecnología alimentaria, son los causantes de esta deliciosa idea.
Rosa Avellaneda, dueña de la empresa de repostería Lujuria Vegana, es una de los fundadores que da vida a este proyecto, que se le ocurrió para poder realizar sus productos sin tener que congelarlos. A ella se le unen la encargada de marketing, Lynette Kucsma, y los ingenieros Emilio Sepúlveda y Alex Moreau, que pensaron en una idea de comida en general, no sólo de pastelería.
Esta máquina gastronómica vendría a sustituir a las thermomix de la actualidad, siendo aún más cómoda y con platos muy elaborados que para los que no son amantes de la cocina, no se atreven y/o les de pereza cocinar les vendrá genial.
A finales de este año ya habrá restaurantes que en sus cocinas tengan su propia Foodini para adelantar trabajo en menos tiempo, y gente particular que haya tenido la capacidad económica para hacer su reserva, que ronda alrededor de los 1.000 euros. Éstos tendrán la posibilidad de unirse a la cocina tecnológica que año tras año va ascendiendo en su progreso. Uno de los primeros restaurantes que tendrá en sus cocinas su impresora Foodini será el restaurante Dos Cielos, con una estrella Michelin, perteneciente a los chefs hermanos Torres.
Manjares al alcance de tu mano que, gracias a la tecnología, creatividad y estudio nos invita a subir al carro de esta idea culinaria que, para tanto a los inexpertos y personas con poco tiempo para cocinar como a los más cocinillas, dará sabor a cada plato de nuestra vida en un instante por ‘arte de magia’.