Cuatro siglos de historia y más de doscientas obras del mundo flotante nipón llegan por primera vez a Madrid en Japón. Una historia de amor y guerra.
La muestra de CentroCentro ofrece una oportunidad única para adentrarse en un sofisticado viaje por la cultura del país nipón. Xilografías (procedimiento de impresión en relieve de origen chino), armaduras samuráis, kimonos, abanicos y fotografías se agrupan en once secciones que abarcan desde el periodo Edo (principios del siglo XVII) hasta la primera década del siglo XX. Hiroshige, Utamaro, Hokusai o Kuniyoshi —algunos de los artistas más prestigiosos del Ukiyo-e— conjugan en sus obras los dos polos opuestos que le dan nombre a esta exposición, amor y guerra. El objetivo, mostrar al público el gusto por la naturaleza, la vida cotidiana, el amor en sus diferentes versiones, el mundo femenino o la caligrafía como expresión estética.
Pintura del mundo flotante
El Ukiyo-e se originó durante el periodo Edo o era de Tokugawa (1603-1868), época en la que Japón se mantuvo aislado y los valores autóctonos prevalecieron sobre cualquier otro. Ello se tradujo en una necesidad de evasión de la monotonía de la existencia, dando lugar a una filosofía centrada en el placer. El nuevo estilo de vida recibió el nombre de Ukiyo y hace referencia a «este mundo de dolor» donde el hombre, al aceptar su condición transitoria, se entrega a los placeres terrenales en un «mundo flotante» y cuyo máximo testigo será el Ukiyo-e. La palabra japonesa Ukiyo-e se compone de tres caracteres que significan «flotante» (uki), «mundo» (yo) y «pintura» (e) y que se traducen como la «pintura o grabado del mundo flotante».
Los artistas del Ukiyo-e exploraron temáticas como la figura femenina, el erotismo, la expresión artística, la heroicidad o la espiritualidad. Un género que se caracterizó por el uso de colores planos e intensos, el predominio de la línea, la ausencia de sombras, así como de perspectiva, o los encuadres originales, cortados y asimétricos, como si de fotografías se tratase.
A finales del periodo Meiji (primera década del siglo XX) el editor Watanabe Shōzaburō revitalizó este arte xilográfico en clave moderna, creando un nuevo movimiento denominado Shin Hanga, «nuevas impresiones».
La obra maestra: Cien vistas desde el monte Fuji
La exposición cuenta con la obra de uno de los artistas más valorados del Ukiyo-e, Katsushika Hokusai (1760-1849). Su serie Cien vistas del monte Fuji habla del espectáculo de la naturaleza dentro del mundo flotante, conjugando dos aspectos, la montaña, impregnada de un profundo sentido religioso y filosófico, y la humanidad, heterogénea y siempre viva. Hokusai supuso una gran influencia en las producciones artísticas occidentales desde el siglo XIX, especialmente en los impresionistas, post-impresionistas y simbolistas. Fue gracias al arte japonés que estos artistas encontraron el medio de revelarse y liberarse ante la tradicional e impuesta visión que el arte había tenido hasta entonces.
Colección Bartolone-Gobbi
Pietro Gobbi y Enzo Bartolone se sintieron profundamente atraídos por la cultura nipona en los años noventa, momento en que aún era desconocida en Europa, desde entonces han generado dos de las colecciones de arte japonés más prestigiosas del mundo, con más de 350 piezas (200 cedidas a CentroCentro). Una de las particularidades de la muestra es que, además de xilografías, cuenta con objetos de uso cotidiano que se enmarcan dentro del arte Ukiyo-e.
Hasta el 30 de enero de 2022 en CentroCentro (Plaza de Cibeles, 1).
Entradas: venta en taquilla y a través de la web.