El pasado domingo 21 de marzo tuvo lugar un coloquio en el teatro Valle-Inclán con el equipo
Una comedia capaz de provocar risa y reflexión por igual, mordiendo, pero sin hacer sangre.
“Tienes los ojos rojos”, me dijo mi compañera. Levanté la vista de la pantalla y observé mi mirada en el espejo en miniatura que llevaba en el bolso. Era verdad. Era viernes por la tarde y llevaba trabajando toda la semana.