Redondas gafas de montura negra, camisa a rayas rojas y blancas, pequeñito y un poquito cabezón. Nos referimos a Stabri Monogo, un muñeco de trapo poco convencional que lleva desde diciembre de 2008 haciendo lo que, para muchos, es una gran pasión: viajar por el mundo. A día de hoy, Stabri, aventurero nato, ha llevado su sonrisa a más de 100 ciudades y 21 países diferentes. Está presente en todas las redes sociales como Facebook o Twitter y hasta cuenta con una página propia www.stabri.com. Hace poco ha estado con los redactores de FanZine Radar y nos ha contado todas sus aventuras. ¿Queréis conocerlas?
Sus creadores, Ángel Téllez y Mariano Munuera, dos informáticos de A Coruña, buscaban “un proyecto innovador” que les permitiera “experimentar en internet y conectar la vida en la red con la vida real”. Desde finales del 2006 la idea fue tomando forma poco a poco. “Los primeros años fueron muy duros. Nos costó mucho trabajo poner en marcha la idea, diseñar el muñeco, crear la página y hacerlo popular”. Finalmente, el influjo de las redes sociales hizo su efecto. Stabri se hizo popular “en tan solo una noche”, relata Ángel todavía sorprendido por la acogida “global” que obtuvo esta iniciativa. “Creíamos que se haría famoso en una ciudad y dentro de un rango de edad concreto, nunca pensamos que alguien pudiese recorrer más de 200 Km sólo para recoger a Stabri y el verano pasado sucedió”.
“… si viniese a recogerlo (a Stabri) a mi trabajo o algo… si me llama intento quedar con ella. Eso, o lo recoge en mi casa a la hora de comer”. Mensajes como este, mails o incluso llamadas telefónicas son los medios que usan las personas que viajan con Stabri, portadores, para poder comunicarse, quedar y entregarlo a un nuevo portador. Se lo pasan de mano en mano, lo que da pie a que se establezca “una conexión entre todos los portadores y seguidores de Stabri (…) fomenta las relaciones humanas, el conocimiento, la apertura a nuevas culturas y la propiedad compartida”.
“El reto es que el muñeco viaje y descubra nuevos lugares” y, para ello, hace falta una buena organización. A través de La página www.stabri.com se regulan todas las ofertas de aventuras posibles. Pero, ¡ojo!, conseguir a Stabri no es tan sencillo, hay que tener en cuenta su “muy apretada” agenda. Actualmente se contabilizan más de 100 propuestas entre los que se encuentran países como La India, Sri Lanka o Bolivia. Destinos exóticos frente a otros más convencionales como Leganés, en un intercambio en el que se da, según sus creadores, más prioridad al “entusiasmo” del portador que a la espectacularidad del viaje.
Si sois afortunados y el preciado trotamundos cae en vuestras manos, debéis ser buenos cicerones y llevarlo a los mejores zonas del lugar en cuestión, realizar actividades con él y documentar toda vuestra aventura con fotos y comentarios en su página web. No está demás dejarle un pequeño souvenir en su mochila para que el olvido no haga mella en él.
Egipto, París, San Francisco… Con tanto trajín, anécdotas no podían faltar. Un ejemplo, la de Jaime García que llevó a Stabri como invitado especial a la boda de su hermano en Leipzig, Alemania. Stabri llegó a las manos de Jaime gracias a Antonio, otro invitado de la boda, produciéndose de esta manera uno de los cambios de portador «más elegantes de la historia», tal y como lo definieron sus creadores. “Al principio la gente no entendía nada, especialmente los alemanes, pero acabó stabrizando a todo el mundo y participó en todos los momentos cumbre. Se sacó fotos con los novios, con los invitados, se puso a coger el ramo, a cortar la tarta ¡lo pasó genial!” afirma Jaime entusiasmado. Stabri acudía,así, a su primera boda en el extranjero y lo hacía de lo más elegante “le cosí una pajarita a su camiseta de rayas”.
Si os ha dado envidia y queréis seguir aumentando el anecdotario de este ya célebre viajero en miniatura, no lo penséis más, ¡él os está esperando! (www.stabri.com).