La 88ª edición de los premios Oscar ha dejado grandes titulares. No en vano, Spotlight se ha llevado el codiciado premio a mejor película. Leonardo DiCaprio y Alejandro G. Iñárritu han hecho historia gracias a El renacido. Y Mad Max se ha llevado seis estatuillas a casa, la mayoría en las categorías técnicas. El Dolby Theatre se ha llenado la noche del 28 de febrero de humor y alguna que otra sorpresa, en una ceremonia repartida, no tanto en lo racial, aunque con un marcado acento español. El balance ha sido positivo para las porras menos arriesgadas, aunque a la gala le ha faltado algo de originalidad, también en la alfombra roja.
DiCaprio, Iñárritu y Spotlight
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“Vamos a celebrar ganemos o perdamos”, advertía Alejandro G. Iñárritu en la alfombra roja minutos antes de la gala. Y vaya si tiene motivos para celebrar. Sí, por fin Leonardo DiCaprio ha levantado la estatuilla dorada como premio a mejor actor por El renacido. Sin duda, se ha llevado la mayor ovación de la noche, esa que parecía estar destinada a un Sylvester Stallone que, finalmente, se iba con las manos vacías. A pesar de todo, la imagen del teatro en pie para festejar el tan ansiado y escurridizo Oscar del actor californiano no ha sido menos emotiva. Y es que, como todo hacía presagiar, después de infinitos chistes, memes y hasta un juego de ordenador, el 28 de febrero de 2016 ha sido la noche de DiCaprio. El actor no ha dejado pasar la ocasión para lanzar un mensaje sobre el cambio climático: «No tomemos el planeta por sentado como yo no tomo este galardón por sentado».
Iñárritu, por su parte, se ha alzado con el Oscar al mejor director por El renacido, un año después de levantar el mismo galardón con Birdman. Un hecho poco común si tenemos en cuenta que solo John Ford y Joseph L. Mankiewicz habían conseguido esta hazaña con anterioridad. Quien ha roto un récord esta noche, además, ha sido el incondicional de Iñárritu, gran artífice de la belleza que desprende El renacido, Emmanuel Lubezki, que ha ganado su tercera estatuilla consecutiva a la mejor fotografía tras Gravity y Birdman. Ni siquiera «el oso» ha querido perderse la fiesta; lo hemos vistos saludar amistosamente a cámara desde uno de los asientos del teatro. Como cabía esperar, ni los presentadores ni las redes sociales han escatimado en chistes sobre el animal.
En resumen, de las doce nominaciones con las que partía El renacido, ha conseguido tres de las más prestigiosas. El resto de premios los ha copado Mad Max, que se ha erigido como la gran ganadora en las categorías técnicas con seis de los diez premios a los que optaba. La otra gran vencedora de la noche ha sido Spotlight, que ha sido premiada con el galardón estrella de la ceremonia, ese por el que los fans incondicionales de la gala aguantan en nuestro país hasta las 6:00 despiertos: el de mejor película. La producción firmada por Tom McCarthy ya partía como favorita tras obtener premios decisivos como el del Sindicato de Actores.
Las sorpresas de la noche
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Como en toda gala de los Premios Oscar que se precie, la de este año tampoco ha estado libre de sorpresas. La primera de la noche llegaba de la mano de una despistada Patricia Arquette, que entregaba el premio al mejor actor de reparto. El galardón parecía destinado a llenar la vitrina púrpura que Sylvester Stallone había mandado comprar durante su primera nominación al Oscar en los 70, y todo indicaba que la Academia entregaría el premio como el mejor homenaje al regreso (y despedida) de Rocky. Sin embargo, Stallone se ha ido una vez más con las manos vacías para decepción de sus seguidores. Y no han sido Tom Hardy o Mark Ruffalo, sus mayores competidores en esta categoría, quienes lo han noqueado. El ganador de esta pelea lleva el nombre de Mark Rylance (El puente de los espías), ese competidor tan olvidado en las porras de los Oscar.
La otra gran sorpresa ha golpeado a la categoría de mejor canción original. Minutos antes de la entrega del premio, Lady Gaga cantaba Til it happens to you (The hunting ground), emocionando a todos los presentes con una entregada actuación que ponía el foco en los abusos sexuales a mujeres. Las compungidas caras de Kate Winslet o Steve Carell parecían vaticinar el triunfo de la cantante reconvertida en actriz, pero ha sido Sam Smith quien ha ganado el galardón por Weiting’s on the Wall (Spectre). Y eso que su actuación durante la ceremonia dejó mucho que desear.
La comunidad latina también está de enhorabuena, no sólo por el triunfo de Iñárritu y Lubezki, sino por el corto de animación Bear Story, que se ha llevado el primer Oscar para Chile. Lo cierto es que desde hace unos años, la presencia de latinoamericanos en las listas de nominados, sobre todo en cortometrajes, ha ido in crescendo. Sin duda convendría incluir a estos duros competidores en la próxima gala dedicada a «la diversidad racial». Y es que muchos echaban de menos la nominación de películas como El clan y El club entre las cintas que optaban a mejor película de habla no inglesa…
Oscars So Black
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“Hollywood es racista”, ha asegurado Chris Rock en el discurso inicial de la ceremonia. La controversia referente a la discriminación racial en la industria cinematográfica ya estaba servida desde hacía semanas y provocó que algunos artistas, como Will Smith, decidieran no aparecer por la gala en señal de protesta. Desde el minuto uno, el presentador Chris Rock mantuvo un discurso enfocado en la escasez de buenos papeles para negros, bromeando con DiCaprio, al que a su juicio parecen lloverle los buenos papeles del cielo.
“No se trata de boicotear, se trata de que nos den las mismas oportunidades que a los blancos”. Pero lo cierto es que lo repetitivo de la discusión racial, presente en cada entreacto de la gala y en cada discurso, terminó por desacreditar el mensaje que se quería transmitir, en una noche donde hubo más personas de color que nunca. A falta de personajes en las películas nominadas, hicieron acto de presencia en el escenario: las cómicas apariciones de Whoopi Woldberg, un minuto de «Historia negra» sin historia alguna, cameos de actores negros en el resumen de películas nominadas, la canción Blackbird de los Beatles y girls scout negras que vendían galletas (al menos, no de chocolate).
Resto de premios
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El resto de la gala se ha desarrollado como cabía esperar. Esta vez no ha habido números musicales, sólo humor, Kevin Hart, y cookies, que han suplantado la pizza de hace dos años de Ellen Degeneres. Lo cierto es que ha faltado algo de chispa. Los presentadores han sido de lo más variados: dejando de lado a Rock, a los premiados de otros años que siempre deben «fichar» y a algún que otro héroe promocionando su próxima película, los suspiros del público se lo han ganado los drones de Star Wars y los protagonistas de Toy Story, que dieron paso a las categorías de animación.
C3PO, R2D2 y BB8, además de rendir un pequeño homenaje a John Williams, hipnotizaron tanto a Jacob Tremblay como a los fans de la saga. Buzz Lightyear y Woody, junto con los Minions, tomaron el relevo ficticio al presentador, coronando a Inside Out (Del revés) como mejor película animada. Ciertamente, el film de Pete Docter, seis veces nominado, no tenía competidor. La vuelta de Pixar, tras dos años a la sombra de Disney, no ha defraudado. En su discurso, el director reclamó creatividad para cambiar el mundo: «¡Haced películas, dibujad, escribid! Hará que el mundo cambie».
Respecto al resto de galardones, los pronósticos se cumplieron. Brie Larson ganó su primer Oscar a mejor actriz por La habitación, premio que quiso compartir con su compañero Jacob Tremblay, sin duda el actor más mimado de la noche. O, al menos, el que más planos de la cámara se llevó. Alicia Vikander se alzó con el premio a mejor actriz de reparto por su papel en La chica danesa, película que, sin embargo, no le valió el Oscar a mejor vestuario al español Paco Delgado. En su lugar, Jenny Beavan se ha llevó la estatuilla por Mad Max.
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El premio al mejor guión original fue a parar también a la película Spotlight, mientras que el galardón al mejor guión adaptado fue el único reconocimiento que se llevó a casa La gran apuesta. Por su parte, este año la selección de cintas que conformaban la categoría de películas de habla no inglesa contaba con una calidad envidiable. Sin embargo, tampoco hubo sorpresas al premiar a Hungría con su primer Oscar por El hijo de Saúl.
El duelo entre los dos grandes músicos de la gala encumbró a Ennio Morricone con el premio a la mejor banda sonora original por la partitura de Los odiosos ocho. La gran leyenda del cine recogió el galardón muy emocionado a sus 87 años, siendo el único en la historia del evento en haber conseguido un premio Oscar después de un Oscar honorífico en 2007. Dedicó sus palabras, por supuesto, a su colega John Williams y al director de la película, Quentin Tarantino, por haber cumplido el sueño de trabajar con su ídolo.
La 88ª edición terminó con los vencedores y el resto de candidatos en el escenario para un gran baile final bañado en serpentina dorada. Este fue el colofón final a una ceremonia elegante, aunque predecible, que pasará a la historia por haber reconciliado a DiCaprio con la Academia y por su contundente mensaje en pro de una industria cinematográfica diversa.
Puedes consultar la lista de los ganadores y los candidatos.