El 23 de abril es el día en el que se rememora la muerte de dos de los mayores pilares de la historia de la literatura, Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Aunque hoy en día sabemos que ambas muertes oscilan entre fechas dispares, el romanticismo que rodea al Día Internacional del Libro ya se ha arraigado como una importante tradición en todo el mundo. En el día que se celebra el placer de la lectura, desde Cultura Joven hemos preparado una variada lista para todos los gustos, de mano de nuestros redactores. Un humilde y personal homenaje a la literatura, ese lugar donde todo puede ocurrir.
Álvaro Ibáñez: Más que a modo de antología, la recopilación de los famosos aforismos de Ramón Gómez de la Serna funciona para mí como una suerte de recetario médico. Desde que mi madre me regaló mi ya ajado y desvencijado ejemplar, no he encontrado libro alguno que me sirva de manera tan fiel y redentora como ventana al mundo y cura del alma. En sus brevísimos pasajes he encontrado la verdad más cristalina y, a la vez, el espejo más cóncavo. A través de ellas, he tenido la sensación de diseccionar la realidad tanto con el ácido punzón del humor como con el cándido algodón de la ternura. Para todo aquel que busque mirar desde una perspectiva desconocida, greguería y mucha agua.
Lucas Méndez: Camino de Los Ángeles fue mi primer encuentro con John Fante y su álter ego, Arturo Bandini. Yo tenía más o menos la misma edad que el protagonista cuando lo leí y, por primera vez, sentí que podía hablar de tú a tú con un libro. Lo que más me impresionó fue su crudeza y honestidad, mostrando sin ningún reparo sus miserias y miedos más profundos. Arturo es un muchacho con prisa por descubrirse a sí mismo, esa frustración que todos hemos experimentado cuando nos acercamos a eso que se conoce como la madurez. Un aspirante a escritor, pobre e incomprendido, obsesionado con las mujeres y la literatura, cuyo cinismo protege celosamente su vocación. Un Enfant terrible visceral de los suburbios con una imaginación desbordante y un talento solamente reconocido por sí mismo. Fante en general y Camino de Los Ángeles, en particular, es uno de esos refugios a los que, por mucho tiempo que pase, siempre acabo regresando.
Manuel Jiménez: Este 2021 se cumplen 150 años de la Comuna de París, uno de los acontecimientos políticos y sociales más relevantes del siglo XIX en todo el mundo. La Historia de la Comuna de París de Prosper Olivier Lissagaray, periodista republicano y socialista independiente, es un testimonio de primera mano sobre los acontecimientos que comenzaron en marzo de 1871. Una historia de lucha apasionante por la justicia social que Lissagaray describe de manera exhaustiva. Las declaraciones del periodista francés son de un valor incalculable y nos sirven para conocer de primera mano esta apasionante epopeya histórica, desde su ilusionante a la vez que problemático comienzo hasta la sangrienta represión final.
David Pardillos: Durante la cuarentena, como me imagino que harían muchas otras personas, aproveché para ponerme con todas aquellas lecturas que siempre me había propuesto y nunca había terminado. De entre todas ellas, la mayoría monografías de cine y algún que otro clásico (siento no poder hablar más de Victor Hugo), la única que realmente me dio la dosis de energía y vitalidad que necesitaba en ese momento fue Nos vemos en el baño, de Lizzy Goodman. Un híbrido entre lo biográfico, lo ficticio y lo periodístico, Nos vemos en el baño (título en honor a la canción de los Strokes pero que perfectamente podría haberse llamado Turn on the bright lights si hubiera querido dedicárselo al mejor grupo de aquella generación) es un recorrido al movimiento musical nacido en Nueva York con el nuevo siglo. Un movimiento que empezó más como un revival del post-punk con grupos como Interpol, Yeah Yeah Yeahs o los propios Strokes, y que ha terminado por adueñarse del panorama del rock alternativo en la actualidad con otros grupos como Arcade Fire, The Killers o Franz Ferdinand. Pero ante todo, Nos vemos en el baño es una divertida y frenética escapada por la Nueva York de la última década, por sus calles, sus pisos, sus cafeterías y, por supuesto, por los clubes donde empezaron a tocar todos aquellos grupos que ya han grabado sus nombres en la historia de la música.
Javier Antolín: Si el propio nombre del libro, Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre”, no es suficiente reclamo para su lectura, sí debería serlo la pericia con la que García Márquez desdibuja los límites entre el periodismo y la literatura. El autor colombiano abandona el espacio mágico de Macondo para trasladarse a la pequeña balsa del marino Luis Alejandro Velasco Sánchez, creando un relato, a modo de diario, que fue publicado de manera episódica en el diario colombiano El Espectador en 1955 y que en 1970 dio lugar a este libro.
Marta Alcaide: Tu lado del sofá de Patricia Benito es un poemario en el que verso tras verso hace que te traslades a algo parecido a un diario de tu yo de hace unos años. Durante este viaje en el tiempo, Benito te incita a lidiar con la soledad, las rupturas, el desamor, el dolor y la tristeza, el autoconocimiento, el crecimiento personal, la reflexión o la introspección. Vuelvo a él cada vez que necesito recordarme que estar mal, a veces, también está bien, y que no pasa nada. Me ayuda a recoger todos los pedacitos que se han roto y volver a juntarlos, pero cerrando el libro con una nueva lección aprendida, como defiende el Kintsugi, un arte japonés consistente en reparar piezas de cerámica que se han roto y unirlas con oro. Además, defiende la capacidad de recuperarse frente a las adversidades y los errores de la vida, encontrando la belleza de las cicatrices que esta nos deja, lema que Patricia Benito defiende a lo largo de todas sus páginas.
Natalia Sales: Espíritus y Criaturas de Japón es una de las novelas gráficas más bellas que se han publicado en los últimos años. Consta de nueve relatos de la tradición oral nipona escritos por Lafcadio Hearn, primer gran japonólogo de la literatura occidental, en la segunda mitad del siglo XIX. Está ilustrado por Benjamin Lacombe, artista francés caracterizado por un estilo artístico caricaturesco, elegante y melancólico. Es toda una delicia recrearse en sus delicados dibujos, algunos de ellos sobre papel vegetal para mayor sensación de etereidad, y en sus historias, que nos acercan a la cultura japonesa de una manera entretenida y ligera.