Seis lugares que visitar en Lisboa

Lisboa de noche

Seis actividades que realizar en la capital portuguesa

Ya sea para perderse por sus calles o para sentarse a degustar un bacalhau à brás con una cerveza, Lisboa, la capital del Tajo (o Tejo, como lo llaman nuestros amigos lisboetas), tiene mucho que ofrecer a todo aquel que acuda de visita. Por ello, hoy dejamos seis lugares icónicos de esta ciudad y por los que sentirás la auténtica saudade cuando vuelvas a casa.

Barrio de La Alfama

Barrio de la Alfama

Una de las localizaciones más únicas que hacen de Lisboa una ciudad tan especial es el barrio de La Alfama. Ubicado en la zona este de la ciudad, es fácil perderse por sus laberínticas calles y sus cuestas empinadas. Caminar por ellas puede convertirse en toda una aventura para aquellos que busquen un lugar donde tomar algo. Si eres perseverante y subes sus pronunciadas escaleras llegarás a lugares tan emblemáticos como pueden ser el Castillo de San Jorge o el mirador Portas do Sol. Desde este último podrás tener una excelente panorámica de la ciudad mientras disfrutas de una copa o un café en alguna de sus acogedoras terrazas. También en esta zona se encuentran algunos de los mejores restaurantes de Lisboa, haciendo de La Alfama una parada obligatoria para los que visiten la capital portuguesa.

Mercado da Ribeira

Interior del mercado

Y hablando de sitios donde comer, qué mejor lugar para degustar la cosmopolita oferta gastronómica de la ciudad que en su Mercado da Ribeira. Dividido en un mercado tradicional y un food market con más de 30 puestos de comida en los que dar un repaso por toda la oferta culinaria lisboeta, el Mercado da Ribeira se corona como un mercado muy al estilo del San Miguel madrileño o de La Boquería barcelonesa. Además de su iconicidad, es una parada excelente en la que aprovechar para comer antes de llegar al siguiente lugar de esta lista.

Belém

Torre de Belém

Al lado del Mercado da Ribeira podemos coger un tren que, en apenas unos diez minutos de trayecto, nos deja en Belém, el distrito localizado en la zona más oeste de la ciudad. En un radio de un kilómetro tenemos varios monumentos esenciales en cualquier visita. En primer lugar encontramos el Monasterio de los Jerónimos, un monumental edificio que recibe a los visitantes de esta zona de la urbe. Si seguimos bordeando el Tajo encontraremos el Monumento a los Descubrimientos, una grandiosa construcción que celebra el quinto centenario de la muerte de Henrique el Navegante. También, a apenas unos metros de este último, encontramos una de las insignias de la ciudad, la Torre de Belém. Por último, y antes de marcharnos, este distrito es el hogar de los famosos y originales pasteles de Belém. ¡Obligatorio comprar una caja de estas delicias antes de marcharse de Portugal!

Librería Bertrand

Exterior de la librería

Una vez volvemos al centro de Lisboa después de habernos comido unos pasteles de Belém nos queda una de las paradas más interesantes no solo de la urbe, sino del mundo: la Librería Bertrand. Esta librería tiene la honrosa distinción de ser la más antigua del mundo, datando ni más ni menos que de 1732. Aquí podrás encontrar una numerosa cantidad de libros en varios idiomas, entre ellos el español. Si quieres un souvenir déjate de los manidos imanes para la nevera o las camisetas cutres, si compras un libro aquí les puedes pedir que te pongan un sello que señaliza que el libro ha sido comprado en esta librería histórica. Esto hace que leer a Pessoa adquiera un nuevo nivel de romanticismo, tal y como hizo un servidor (jeje).

Iglesia de Santo Domingo

Exterior de la Iglesia

A unos minutos andando de la Librería Bertrand, en el barrio de Santa Justa, encontramos la Iglesia de Santo Domingo. Aunque es en apariencia un edificio discreto, esta iglesia tiene una historia de las más apasionantes y tristes de la ciudad. En primer lugar fue el epicentro de la Masacre de Lisboa de 1506, en la que se persiguió, torturó y asesinó a cientos de personas acusadas de ser judíos. Tal es así que ahora en la plaza en la que se encuentra la parroquia yace una disculpa pública por parte de la Iglesia Católica. Posteriormente en 1531 el terremoto de Lisboa dañó gran parte de esta y, finalmente, en 1959, un incendio en su interior se cobró la vida de dos bomberos. Las consecuencias de estos desastres son aún palpables: al entrar en la iglesia es fácil sentirse abrumado por sus muros quemados y por el paso de la historia.

Avenida da Liberdade

La avenida vista desde el Parque de Eduardo VII

Para terminar esta lista, dejamos como recomendación la Avenida da Liberdade, una de las vías principales de la ciudad. Esta avenida, de alrededor de kilómetro y medio de longitud, comienza muy cerca de la Iglesia de Santo Domingo y termina en la grandiosa Plaza del Marqués de Pombal, haciéndola así no solo una insignia representativa del lado más moderno y cosmopolita de Lisboa, sino una calle fantástica por la que dar un paseo. A los que venimos de Madrid esta calle de carácter magnánimo nos recordará mucho a nuestro Paseo de la Castellana. Obligatorio recorrerla al menos una vez antes de marcharse de la urbe portuguesa.

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