Réquiem para un cronopio ex profeso, murió el escritor Julio Cortázar

El escritor franco argentino Julio Cortázar es uno de los principales representantes del Boom latinoamericano
El escritor franco argentino Julio Cortázar es uno de los principales representantes del Boom latinoamericano
El escritor franco argentino Julio Cortázar es uno de los principales representantes del Boom latinoamericano .

Por Penélope Adames O.

»En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere».

Instrucciones-ejemplos sobre la forma para tener miedo. Historias de cronopios y famas. Julio Cortázar, 1963.

Demostrando una inusual falta de previsión y aunque fue un maestro por excelencia – entre otras muchas cosas – en el arte de detallar instrucciones para los procesos más urgentes y delatores del alma humana, el gigante de la literatura Julio Florencio Cortázar, dueño de la palabra nueva, se ha ido sin dejar indicado ningún protocolo literario, en apropiada forma de ficción, para que oriente sobre cómo darle el último adiós.

Se hace constar el 12 de febrero de 1984, día de su deceso en la lúgubre París invernal, Francia; dos años más tarde desde la muerte de su amada Carol Dunlop, escritora, traductora, activista y fotógrafa, quien falleció debido a una aplasia medular en 1982. Desde entonces, Cortázar conoció una depresión que le acompañó hasta este, su último momento.

La escritora, traductora, activista y fotógrafa, Carol Dunlop conversa con Julio Cortázar
La escritora y activista Carol Dunlop conversa con Julio Cortázar, su gran amor.

Tal vez como un presagio, en 1962, Cortázar atrajo la mirada del mundo hacia su relato Instrucciones-ejemplos sobre la forma para tener miedoHistorias de cronopios y famas –. Su segundo fragmento dibuja a un viajante de comercio a quien le empieza a doler la muñeca izquierda, justo debajo de su reloj pulsera y se lo arranca. Entonces ve cómo su sangre salta por una herida que muestra la huella de unos dientes muy finos. En la muñeca real de este célebre escritor, la leucemia fue el efecto de la suerte de herida que causó su muerte.

Académico, escritor y traductor, Julio Cortázar re-definió la concepción del tiempo literario y estableció líneas nunca antes adivinadas entre lo real y lo fantástico. Es uno de los más emblemáticos y reconocidos escritores latinoamericanos del siglo XX. Sus obras son capaces de compartir con cualquier lector de forma cautivante el ingenio, la curiosidad y las alturas de la fecundidad intelectual que caracterizan sus relatos. Su original trabajo cambió la dinámica entre novela y lector.

Pero primero que todo estuvieron sus ojos de niño, abiertos y energizados con un don excepcional para intuir una vanguardia literaria que luego sus propias manos convertían en realidad. De padres argentinos, Julio Cortázar nació en Bruselas en el año 1914 y a los cuatro años vio abiertas las puertas a una nueva lengua para él, que sería medio y fin de su trayectoria: el español. En 1918 viaja con su familia a Argentina, allí se establecieron y fue donde continuó su crianza cosmopolita caracterizada por la exploración a las letras nacionales, europeas y estadounidenses. Estos descubrimientos y afinidades condujeron al momento en que, para 1938 y bajo el seudónimo de Julio Denis, publicó el pequeño libro de sonetos Presencia.

Entonces, fueron Los Reyes (1949), los cuentos exquisitos contenidos en Bestiario (1951), Final de juego (1956) y Los premios (1960).

Y, cual niño que reúne pequeñas piedrecitas, con tiza dibuja en el suelo de su calle un peculiar camino hecho de figuras y cifras ínter-conectadas para jugar al reto, al salto y al aterrizaje firme en el terreno de lo que está más adelante, un día – concretamente, del año 1963 – Cortázar publicó Rayuela, una novela inmortal que regaló al mundo recursos narrativos revolucionarios con raíces surrealistas, estructurada en secuencias sueltas que ofrece la posibilidad de ser leída en órdenes diferentes – uno de ellos propuesto por el mismo autor – y que lo consagró.

Hay al menos cuatro “rutas” de exploración para Rayuela: en orden cronológico de principio a fin, en orden secuencial del capítulo 1 al 56 – el sugerido por Cortázar –, saltando entre capítulos de acuerdo a la guía escrita dentro de la misma novela, o como al lector se le antoje. Oliveira, su protagonista, es para muchos el símbolo de una época y para otros fuente de identificación.

Entonces fueron Todos los fuegos el fuego (1966), Último round (1969), Alguien anda por aquí (1977), Territorios (1978), Queremos tanto a Glenda (1980). En 1983 aparece «Nicaragua, tan violentamente dulce«.

Siempre se le vio vestido con el sobrio y elegante atuendo de un temperamento sereno. En la mano, cada tanto, un cigarrillo o pipa, en el semblante, pobladas cejas gruesas, y en el timbre de la voz su distintiva manera de pronunciar la r en español – tragándosela –, como un signo sonoro constante de su identidad, que fue siempre íntegramente francófona y latinoamericana, al mismo tiempo. La mirada igual de despierta que en sus primeros años, pero vocacional y alegremente trasnochada.

Cortázar y la música fueron uno. Sus imágenes y mundos literarios están llenos de jazz. Sostenía que la actitud del escritor en el momento de crear un cuento es similar al de un músico a la hora de improvisar.

»Instrucciones para cantar

Empiece por romper los espejos de su casa, deje caer los brazos, mire vagamente la pared, olvídese. Cante una sola nota, escuche por dentro…»
Historias de cronopios y famas.Julio Cortázar, 1963.

Un cronopio ex profeso

Versiones hay varias. Unas recuentan que en 1981 renunció a su nacionalidad argentina en protesta por la dictadura cívico-militar que gobernó a la República Argentina entre el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y la entrega del poder a un gobierno constitucional el 10 de diciembre de 1983. Otros relatos corrigen que no la rechazó propiamente sino que, con el mismo fin de pronunciarse en denuncia, asumió el estatus francés como forma de comentario contestatario.

Lo cierto es que en su madurez fue un autor de discurso y compromiso socio-político. Tal es así que esto marcó el inicio de la separación con su primera esposa, Aura Bernárdez, traductora argentina y figura fundamental en sus primeros años de trayectoria; con quien vivió importantes períodos parisinos y quien lo acompañó y cuidó en los días finales de su enfermedad. Fue Aura Bernárdez la heredera y protectora de su obra publicada y sus textos.

»Instrucciones para dar cuerda al reloj

Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas
corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras…»
Historias de cronopios y famas. Julio Cortázar, 1963.

A sus sobrevivientes se suman Divertimento (1986) y Adiós Robinson (1995), son sus obras póstumas.

En vida, Julio Cortázar tuvo también grandes amigos literarios entre los que se cuentan -además de tantos otros- Lezama Lima (de cuya obra fue un importante difusor), Octavio Paz, Pablo Neruda y Carlos Fuentes. Cortázar también cultivó junto a Aurora Bernárdez una estrecha y calurosa relación con la poetisa Alejandra Pizarnik, adoptando hacia ella una actitud de hermanos mayores.

»Instrucciones para llorar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza…

…Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro… Duración media del llanto, tres minutos.»

Historias de cronopios y famas. Julio Cortázar, 1963. 

penelope-adames

Publicista y asesora de guión desde 2012. Actualmente, aprendiz de periodismo cultural.

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