La poeta habla sobre cómo ha sido el proceso de autoedición de su primer libro Todo lo que nunca dije y el nuevo auge de la poesía en las redes sociales
Una foto del Pont Alexandre III con la torre Eifel de fondo adorna la pared color crema de la «habitación propia» de Paula Pastor, ese lugar necesario para que, según Virginia Woolf, una mujer pueda escribir. La decoración sencilla y minimalista del cuarto es una prueba más del estilo que se puede apreciar en su primer libro, Todo lo que nunca dije. Un poemario de 92 páginas cargadas de sinceridad, alegría, dolor, miedo y felicidad. Una antología que desgrana la intimidad de la poetisa con una delicadeza e inocencia crudas, sin más pretensión que la de compartirse con los demás.
Paula Pastor ha cumplido los 24, lleva escribiendo desde que le alcanza la memoria y hace seis años decidió abrirse un blog llamado Mi habitación propia, donde actualmente más de mil seguidores leen sus poemas, microrrelatos y reflexiones. Pastor ha estudiado periodismo y está especializada en moda; cuando no escribe, diseña joyas para su marca con el mismo mimo con el que construye sus versos, se muestra muy ambiciosa con el futuro y sueña con crear su propia agencia de comunicación.
Todo lo que nunca dije es uno de esos rayos de luz que se han colado entre la trágica oscuridad que ha envuelto estos últimos meses de pandemia. La autora explica cómo ha sido el proceso de autoedición y la complicada tarea de hacerse un nombre en el competitivo mundo de las redes sociales.
Cultura Joven: Su libro se titula Todo lo que nunca dije, ¿por qué hacerlo ahora?
Paula Pastor: Siempre he querido publicar un libro, desde que empecé a escribir, llevaba un tiempo detrás de ello y decidí que ya tenía bastantes textos para hacer un poemario, una antología. Por eso, aproveché la cuarentena y todo el tiempo libre que tuve para maquetarlo, editarlo, darle forma y lanzarlo.
C.J.: ¿Desde cuándo escribe?
P.P: Desde muy pequeñita tenía un diario donde escribía las cosas que me pasaban. Recuerdo que me regalaron un cuaderno de Agatha Ruiz de la Prada donde empecé a escribir cuentos, historias que se me ocurrían… Y luego, según fui creciendo, empecé a escribir reflexiones sobre lo que vivía, aspectos de la vida cotidiana, mis sentimientos. Sin embargo, no decidí abrirme un blog hasta que empecé la carrera de periodismo, Mi habitación propia, es ahí donde he ido publicando mis poemas, microrrelatos, algunas reflexiones…
C.J.: ¿Quiénes son sus referentes?
P.P: Como básicamente escribo poesía, me fijo mucho en los poetas que más me gustan. Mi favorito es Ángel González, también me gusta mucho Luis García Montero y, bueno, disfruto mucho de clásicos como Neruda o Bécquer. De la nueva generación que se mueven sobre todo a través de las redes sociales destaco a Elvira Sastre o Alejandra G. Remón. Luego, de novela contemporánea, admiro mucho a Virgina Woolf, de hecho, Una habitación propia es el libro que da nombre a mi blog, y también a Dulce Chacón o Anna Gavalda.
C.J.: ¿Qué opina de toda esta oleada de escritores que están surgiendo de las redes sociales?
P.P: Es curioso porque, en realidad, si pensamos en cómo se daban a conocer antes los escritores al público, estaban las tertulias, los recitales, los famosos cafés. Pero claro, la sociedad avanza y los viejos lugares de encuentro cambian. Yo creo que las redes sociales son la reencarnación de esas tertulias y cafés. Por otro lado, la publicación se ha universalizado y hay mucha gente que escribe y usa las redes sociales para ello, por eso también es muy difícil destacar. Considero que hay gente verdaderamente buena a la que se le ha reconocido y gente verdaderamente buena que es poco conocida y es una pena, porque hay mucho potencial.
Hoy en día las redes sociales son imprescindibles no solo para los escritores
C.J.: ¿Y de las redes sociales en general?
P.P: Yo creo que hoy en día las redes sociales son imprescindibles no solo para los escritores, sino también para cualquiera que tenga un comercio, un restaurante, o cualquier negocio. Creo que son una herramienta muy potente, pero al mismo tiempo es muy difícil destacar en ellas. Creo que si se hace bien se puede llegar a mucha gente, pero lo difícil es eso, destacar. Pienso que un escritor puede alcanzar su público a través de las redes sociales, pero es muy difícil separar el grano de la paja.
C.J.: En su caso, ¿cómo ha sido el proceso de autoedición?
P.P: Estuve buscando editoriales por internet para poder editarlo y encontré una que se llama Ringo Rango. Contacté con ellos, les envié lo que yo tenía, les gustó, me dieron el visto bueno y ellos se encargaron de maquetarlo. Aunque prácticamente ya lo había hecho yo, pero bueno, ellos se encargaron de darle el toque final y de imprimirlo.
Yo tenía muy claro cómo quería que fuera mi libro, la distribución de las tres partes: Por mí, Por él y Por los otros. Eso ya lo tenía hecho y también tenía claro que quería poner los microrrelatos al principio y al final. Por lo que prácticamente ya se lo di hecho, luego ellos me aconsejaron algunas cosas, pero sí que es verdad que tenía en mi cabeza una idea concreta de lo que quería y cuando me proponían algo que se salía de mis esquemas, la respuesta era un no rotundo. Me decían: “A lo mejor podemos poner aquí unas florecitas, tal…” No. Yo quería algo muy sencillo, minimalista, que no fuera nada complicado, huyendo de todo ornamento y barroquismo, porque al final creo que soy así, una persona muy sencilla y quería que mi libro lo reflejara.
C.J.: La portada también fue un diseño propio, ¿verdad?
P.P: Sí, después de hacer varios diseños, mi editora me decía que le gustaba más otro, uno con la silueta de una chica, pero yo quería el sobre. Las opiniones de la gente a la que le enseñaba el resto de las opciones solo provocaron que me reafirmase más en que quería el sobre. En el fondo ya tenía bien claro lo que quería y no sé ni por qué preguntaba.
C.J.: ¿Y cómo está llevando la distribución del libro?
P.P: Sí que es verdad que esta editorial no tiene distribuidora, por lo que me he tenido que encargar yo de todo el tema de distribución y quizá es la parte más complicada, porque tienes que encontrar librerías que acojan tu libro, tienes que encargarte de difundirlo por tu cuenta. Obviamente, primero empiezas con los familiares, amigos, gente cercana, luego también por redes sociales, pero claro es muy difícil llegar a gente que no te conoce directamente porque al final en redes sociales se mueve mucha gente que escribe.
Llegar a alguien que no te conoce es bastante complicado, pero bueno eso es lo que he tenido que hacer, sobre todo moverme con redes sociales y contactar con un montón de librerías. De momento, el libro se puede comprar, aparte de a través del blog, en la librería Visor y en la librería Ciento volando, ambas en Madrid, pero me sigo moviendo a ver si consigo llegar a más puntos de venta.
C.J.: Ahora que se ha quitado ese miedo a publicar el primer libro, ¿cuál es el próximo proyecto de Paula Pastor?
P.P: ¿Cómo escritora o en general? Tengo muchos proyectos en mente. Obviamente, me gustaría sacar un segundo poemario porque desde que he publicado no he dejado de escribir textos nuevos y mi estilo ha cambiado. Noto mucho esa evolución viendo mis primeros escritos y lo que escribo ahora. Por otro lado, tengo el gusanillo de escribir una novela, de hecho, tengo un boceto y me gustaría publicarlo algún día, pero es un trabajo más costoso, no es lo mismo acumular textos cortitos que escribir algo más denso, que lleva más tiempo y constancia. Sin embargo, no pierdo la esperanza de hacer realidad ese boceto.
C.J.: ¿Y los próximos proyectos de Paula Pastor en general?
P.P: Realmente nunca paro de maquinar, tengo una marca de joyas hechas a mano, Aitona, que de momento es un hobby, pero me gustaría que la marca creciera en un futuro, darme a conocer e incluso abrir una tienda física, pero esto es algo más a largo plazo. Por otro lado, soy periodista y me encanta la comunicación, para mí sería un sueño cumplido crear mi propia agencia de comunicación.
