Leonardo Valencia presenta “La Escalera de Bramante” en Madrid

La escalera de Bramante en la Librería Machado
La nueva edición de La escalera de Bramante en la Librería Machado

La edición española de la novela ve la luz de la mano de la editorial La Huerta Grande

En el sótano de la Librería Machado en Madrid, el pasado martes 16 de enero, tres sillas ocupaban el espacio frente a una larga mesa. En ellas se encontraban las personas encargadas de presentar una nueva edición de la novela La Escalera de Bramante, escrita por el autor ecuatoriano, Leonardo Valencia. Sentado a la derecha del autor estaba Carlos Granés, ensayista colombiano, y a la izquierda, Wilfrido Corral, ensayista ecuatoriano, quienes anteriormente habían presentado la primera edición de la novela en sus respectivos países.

“Yo solo espero y deseo que entre ustedes haya lectores que sepan valorar el monstruoso trabajo que ha realizado Leonardo Valencia para que algo como La Escalera de Bramante vea la luz”, expresó al iniciar el encuentro Philippine González Camino, editora del libro. Al mismo tiempo, extendió su agradecimiento a Leonardo por haberse enfrentado ante el horror de construir algo tan extraordinario, y por haber confiado en la editorial La Huerta Grande para su publicación.

Después de que Leonardo expresara su agradecimiento por haber sido acogido en esta magnífica editorial y compartiera su alegría por la nueva edición, el escritor Carlos Granés inició el coloquio destacando la capacidad del autor al abordar problemas trascendentes que desbordan las preocupaciones meramente regionales, nacionales e incluso continentales, y, al mismo tiempo, su habilidad para comunicarse con el lector contemporáneo de cualquier lugar del mundo.

Presentación del libro de Leonardo Valencia en la Librería Machado
Leonardo Valencia junto a Carlos Granés (izquierda) y Wilfrido Corral (derecha)

Granés expresó que considera a Leonardo Valencia el escritor más cosmopolita de su generación, cualidad que se puede apreciar claramente en la novela, una ficción que transcurre por distintos escenarios como Alemania, Francia, Colombia y Ecuador. “De alguna manera, logra unir toda una variedad de experiencias a través de unos protagonistas que, al igual que el propio autor, son errantes, y exploran las distintas formas de ser arrancados del nicho original, ya sea la nación, la tradición, o la familia”.

En este sentido, el ensayista colombiano puso especial énfasis en uno de los personajes de La Escalera de Bramante, Raúl Coloma, quien gradualmente va perdiendo la memoria, quedando sin ningún tipo de vínculo que lo ate a su vida, a su tradición, representando así otra forma de destierro. Granés señaló que lo que hace que las novelas de Valencia sean universales, es la sensación de desarraigo que atraviesan sus personajes debido a distintos factores como un cambio de país, o algún suceso histórico que los hace perder sintonía con el presente en el que viven.

Después tomó la palabra el amigo y confidente de Leonardo Valencia, el escritor Wilfrido Corral, con quien mantiene una relación por correo electrónico durante más de 20 años. Corral compartió con la audiencia la primera vez que recibió un mensaje de Leonardo en el año 1996: “Este joven me escribe y me dice que quiere mandarme un libro de cuentos llamado La luna nómada, el cual me parece una colección magnífica hasta el día de hoy”.

En medio de ese ambiente de confianza Wilfrido le preguntó al escritor si él tenía en mente un posible lector al momento de concebir La Escalera de Bramante. Tras admitir que se trataba de una pregunta difícil, Valencia explicó que él aspira encontrar lectores dispuestos a enfrentarse a un desafío, a una aventura que no quede en un simple recorrido o como una historia abandonable, si no a la que se pueda volver.

Asistentes a la presentación del libro en la Librería Machado
Presentación del libro en la Librería Machado

Cuando el encuentro en la sala de la librería Machado estaba llegando a su fin, Leonardo expresó su anhelo por que esta novela permita a sus lectores experimentar los distintos registros a través de los que está construida, esa diversidad de tonos y texturas de los que se sirvió el autor para representar el cruce de los diferentes dialectos y culturas presentes en sus páginas.

Después de dedicar ocho años a la creación de La escalera de Bramante, esta novela, la más extensa del autor hasta la fecha, se encuentra marcada por numerosas migraciones y desplazamientos de personajes, que reflejan la complejidad del mundo contemporáneo.

Este proceso se convirtió en una monstruosidad, llegando a un punto en el que el problema no era terminar la novela, sino salir de ella, según relató Valencia.

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