/

París exprés

  ¿Qué haríais si estuvieseis de paso en París, digamos, un solo día, y quisierais disfrutar de un itinerario económico y sin colapsos, pero merecedor de esas horas tan preciadas? Proponemos el barrio latino, perteneciente al quinto distrito, al sudeste de la capital.  

Mezquita
Patio interior de la Gran mezquita de París

La ruta recomendada comienza en la Gran mezquita, de estilo hispano-morisco, la mayor de todo el país. La visita gratuita consiste en un paseo por el jardín árabe, similar al del patio de la Alhambra. El edificio destaca en el barrio por su minarete de más de treinta metros, así como por la combinación de la actividad religiosa en la mezquita y en el alminar cuadrado; la cultural, en el Instituto de Estudios Musulmanes, y la social, en sus diversas tiendas y el salón de té.   A continuación, caminando durante cinco minutos, se llega al Jardín de plantas, perteneciente al Museo Nacional de Historia Natural de Francia.  El parterre a la francesa está formado por dos grandes explanadas, entre las que destaca la de Milne-Edward, delimitada por una hilera de invernaderos. El jardín cuenta con multitud de animales disecados, esculturas del botánico Buffon del encantador de serpientesentre otrasasí como con una rosaleda que forma un pequeño arco bajo el que surge un sendero. Se puede pasear plácidamente por el jardín, leer las cartelas de la fauna y palpar las esculturas, para después avanzar hacia uno de los lugares más acogedores y recónditos del parque: un templete de piedra blanca con una banqueta circular en lo alto del jardín, rodeado por arbustos dispuestos en círculos concéntricos. Hay un sendero estrecho para hacerse hueco entre los matojos sin tener que hacer el camino de caracol, por el que suelen subir los niños, y este es el acceso más interesante, aun corriendo el riesgo de arañarse. Una vez en lo alto, quedaréis ocultos entre los zarzales. Por un momento, sentiréis estar realmente solos mientras contempláis el paisaje, sentados en la banqueta. El descanso debe durar poco, pues el tiempo apremia.

Jardín de plantas
Jardín de plantas
au peti grec
Crepería ‘Au P’tit Grec’

    Para comer algo típico francés, debéis dirigiros a Au P’tit Grec, una crepería de comida para llevar, que goza de buena fama por su variedad, calidad y buen precio, lo cual produce grandes colas a la salida del pequeño local. Es conveniente acudir con cierto margen de tiempo. Está en la calle Mouffetard, cerca de los Jardines de Luxemburgo. Podéis comprar las crepes y comerlas en los jardines, con vistas al Palacio de Luxemburgo, donde se encuentra el Senado.  

jardines de luxemburgo
Jardines de Luxemburgo

    En el centro del jardín principal, hay un lago circular en torno a una fuente, rodeado por sillas verdes de hierro, presentes también en otros parques parisinos como Tullerías, que conecta la plaza de la Concordia con el museo del Louvre.       Seguidamente, se propone la visita del Panteón, que custodia los restos mortales de los más ilustres personajes nombrados por la República. Si no se dispone de mucho tiempo, tan solo la vista detenida de la fachada del edifico de la antigua iglesia católica merecerá la pena. Esta es similar a la de los templos griegos, y su imafronte está formado por una columnata que sostiene un gran frontón clásico triangular, grabado con las imágenes de algunos de los hombres más destacados de la historia de Francia, enterrados en la cripta del Panteón, como Voltaire y Rousseau. En lo alto, se alza una gran cúpula sobre una base de columnas circular, que conserva la cruz de la época en la que el mausoleo fue lugar de culto dedicado a Santa Genoveva, patrona de la ciudad.

panteon
Panteón

Para finalizar, es recomendable dar un paseo rodeando la manzana del Panteón, que alberga la iglesia Saint Étienne du Mont, la biblioteca de Santa Genoveva, la Facultad de Letras de la Sorbona y el Ayuntamiento. A buen ritmo, pero sin prisas, habréis finalizado esta intensa y apasionante jornada, y deberéis viajar al próximo destino o retiraros a descansar antes de volver. Al menos, habréis probado un pequeño morceau de una de las ciudades más bellas del mundo.

 

 

 

Raquel Castejón Martínez

"La objetividad del periodista no existe. Más bien éste debe tender a una subjetividad desinteresada. Corresponde al lector establecer la distinción."
(Beuve-Méry)

Deja una respuesta

Your email address will not be published.