No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas… o sí

Verónica Echegi junto a David Verdaguer en No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas
Verónica Echegi junto a David Verdaguer en No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas
Verónica Echegi junto a David Verdaguer en No culpes al karma
Verónica Echegi junto a David Verdaguer

KARMA. Del sánscrito,hecho, acción. En algunas religiones de la India, energía derivada de los actos que condiciona cada una de las sucesivas reencarnaciones, hasta que se alcanza la perfección.

Sara Escribano no es budista… ni hinduista. De hecho, probablemente ni siquiera sea religiosa. Sin embargo, esta joven madrileña, “un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos”, achaca al karma todo lo malo que le sucede en la vida. Y si no, ¿por qué la misma semana de la visita de su novio -al que hace un año que no ve por motivos de trabajo- sus padres deciden divorciarse y su hermana pequeña comprometerse con su antiguo amor del instituto? Este es el punto de partida de No culpes al karma de lo que te pase por gilipollas, la adaptación del best seller literario de Laura Norton.

Después del éxito de Ahora o nunca, María Ripoll (Lluvia en los zapatos, 1998) vuelve a la gran pantalla en el que es su sexto largometraje para retomar la comedia romántica, esta vez marcada por el conformismo y falta de expectativas vitales de su protagonista. Verónica Echegi es la encargada de dar vida a la que ya ha sido considerada como la Bridget Jones‘ del panorama indie español. Si así fuera, la urbanita Londres sería sustituida por la alternativa Malasaña y los míticos Darcy y Daniel serían ahora Aarón, su amor platónico, y Roberto, su novio de toda la vida. Sí, es cierto, las comparaciones son odiosas y más en este caso, pero, en realidad, Sara comparte algún que otro aspecto con la británica. Por supuesto, no tanto su aspecto físico o profesión – Sara es la dueña de una tienda de plumas y Bridget, periodista –  sino más bien ese carácter autocompasivo y derrotista que les impide reponerse de un fracaso.

 

El ave del paraíso’ es el principal escenario en el que se reúnen todos los personajes. Literalmente. Lo que otrora fue un taller de moda y actualmente el lugar de trabajo y hogar de Sara terminará convirtiéndose en un ‘acogedor hotel en un céntrico barrio de la Capital. El inicial entusiasmo de la protagonista por poder estar unos días con su novio Roberto (David Verdaguer, 10.000 km), que se marchó de España en busca de nuevas oportunidades laborales, desaparece por completo en los primeros minutos de metraje.

¿El principal motivo? Que debe acoger a varios huéspedes en su casa. El primero de ellos, su padre (Jordi Sánchez) que, agotado por las infidelidades de su mujer, decide abandonar el hogar que comparten e iniciar una nueva vida junto a su hija. A él se unen su hermana Lu (Alba Galocha) y el prometido de ésta, Aarón (Álex García), un músico de éxito que resulta ser un antiguo amor de Sara. Como no podía ser de otra forma, la presencia de su cuñado le hará recordar sus años de patito feo en el instituto y sus antiguos sentimientos hacia él. No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, en cines a partir del 11 de noviembre, es una divertida comedia coral con varias historias cruzadas que principalmente funciona por la notable armonía y encanto de su reparto.  ¿Dejará Sara de lado esa actitud pasiva ante la vida o seguirá culpando al karma de sus malas decisiones?

Deja una respuesta

Your email address will not be published.