En los últimos años se ha puesto de moda encontrarnos reinterpretaciones de los cuentos y fábulas clásicas, en las que se ponen como protagonistas de la historia a los personajes que tradicionalmente han jugado el rol de villanos. Este cambio de narrativa es el eje fundamental del cuento Nieve, cristal, manzanas [Planeta Comic], de Neil Gaiman, que ahora se ha convertido en cómic.
Neil Gaiman, que desde niño cultivó un gran gusto por la novela gráfica, es autor de una gran cantidad de cuentos, cómics y novelas, además de haber participado en reconocidas películas y series de televisión como Coraline, Doctor Who, Los Simpson o American Gods. Además, el autor inglés ha sido ampliamente galardonado por su obra con los premios Bram Stoker, Locus, Nebula y World Fantasy, entre otros.
Nieve, cristal, manzanas, publicado por primera en la antología Humo y espejos a finales de los años noventa, es una adaptación del popular cuento de los Hermanos Grimm, en la que el autor británico trata de alterar nuestra percepción sobre Blancanieves y la malvada reina. En este relato de Gaiman, es la madrastra quien cuenta la historia desde su perspectiva, mostrando una imagen totalmente diferente al arquetipo del cuento clásico. Esta versión no cuenta con princesas indefensas, ni enanitos tiernos y bondadosos, ni tampoco un príncipe azul que llega para salvar a la desvalida doncella.
En Nieve, cristal, manzanas, el autor nos ofrece la terrorífica cara oculta de Blancanieves, una joven con un aura y una energía perversas, que lleva la oscuridad y la muerte allá donde va al más puro estilo de las novelas de vampiros tradicionales. Sin romanticismos o idealizaciones.
La madrastra, en cambio, es descrita como una mujer sabia y bondadosa. Es ella la que busca la paz y la tranquilidad para su pueblo y la que lucha contra un destino en el que no caben los finales felices.
En esta adaptación, publicada por Dark House en su versión original y Planeta Cómic en España, la maravillosa ilustración está a cargo de Collen Doran, con la que Gaiman ya había trabajado anteriormente en otras adaptaciones como El puente del troll, Amercian Gods y The Sandman. A lo largo del libro, la ilustradora americana plasma de forma excelente las escenas de la obra del británico. No escatima en actos eróticos y morbosos, pero lejos de ser imágenes gratuitas, son escenas con sentido dentro de la historia.
Además, en esta ocasión, Doran nos ofrece al final del libro una serie de bocetos y notas . En ellas, la ilustradora muestra el proceso de creación de sus ilustraciones y el motivo que la llevó a repetir algunos dibujos varias veces. Un auténtico regalo para los amantes de la novela gráfica.
